La verdad es que estoy A3cojonado por el despliegue de medios de Atresmedia. Lo demás lo resumiré brevemente. Albert Rivera extrañamente bailón, con pocos momentos brillantes. Pedro Sánchez con cara ya de Susana Díaz. Pablo Iglesias eficaz contra el PSOE, sobradito en redes pero erroroso. Soraya Sáenz de Santamaría, salvo en corrupción, pequeño gran peligro, como siempre. O sea, que si alguien estaba indeciso seguirá indeciso, pero los mensajes que lanzaron Soraya e Iglesias harán mella, poca pero mella, en los electorados de los demás. Pensiones y mayores, una, y pasado e inconsecuencias del PSOE, el otro. Al tiempo. Rivera no descabelló y el otro, en fin.
Pero la victoria definitiva y total fue para Antena 3 y el grupo Atresmedia. Primero, han hecho un autobombo de los que se recordarán siempre explicando a los incautos quién manda ya de forma decisiva en los medios de comunicación españoles: Antena 3, Onda Cero, La Razón y todo el poderío cultural de Planeta. Desde hace un mes erre que erre con el debate "decisivo" que no ha decidido nada salvo que Atresmedia tiene un poder tal que ha impuesto a los partidos políticos y al gobierno cómo debe ser un debate y se arroga el mérito de haber "inventado" el nuevo debate democrático en España.
Segundo, ha convertido aún más la política en espectáculo. Desde Debord ya se sabía que el cóctel política-medios de comunicación audiovisuales, conducía al dominio del espectáculo. El auge de los medios individuales de comunicación, los artefactos móviles, ha venido a ampliar el festival. Pero lo de ayer fue el mayor espectáculo político que yo recuerdo, un espectáculo al que se han plegado todos los partidos salvo los no invitados y Mariano Rajoy, al que Atresmedia le ha consentido no estar presente en su debate "decisivo" de candidatos. El País dejó su atril vacío.
Tercero, el derroche de medios y de dinero ha sido apabullante. No sabemos cuánto ha costado la gala pero así por encima más que mucho. Se nota que las concesiones televisivas de los diferentes gobiernos socialistas y populares han tenido su efecto vigorizador en el grupo Planeta y al menos, en política y debates, se ha comido a los competidores con patatas fritas en sus diferentes canales.
Cuarto, ciertamente el debate ha sido el menos encorsetado que hemos visto y las preguntas de los conductores y sus introducciones a los temas no fueron melifluas. Mejor Vallés, desde luego. Podrá discutirse si a unos les dieron jarabe de palo y a otros miel sobre hojuelas, pero no hubo desequilibrio notable. Quizá un plus sutil a favor de Soraya Sáenz de Santamaría, aquejada de barcenitis, y de Pablo Iglesias. Y dos sorpresas fatales: el retraso de Pedro Sánchez y el "referendum de autodeterminación" de Andalucía del podemita profesor de Políticas. ¿Y Rivera? Bailando con nervios.
Lo dicho. A3cojonado quedo. Atresmedia for president ganó por goleada y de ahora en adelante, los candidatos a presidir el gobierno de España, tendrán que ser, además, actores, es decir, mejores actores todavía (o payasos o magos). Los ciudadanos esperaremos al final de la campaña para despejar todas las dudas que no se resolvieron. Es más, algunas se han hecho más grandes y frondosas y a lo mejor crecen y crecen hasta el día 20 que viene.