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Pedro de Tena

Profecía de primavera

Zapatero ha caído, pero ni ha muerto ni ha sido derribado. Sus espaldas se cargarán con todos los males del PSOE y el peto limpio de los contendientes en las primarias harán resurgir la esperanza en el electorado socialista.

Zapatero ha caído, pero el PSOE va a sobrevivirlo. El PP va ganando por mucho, pero tras las municipales y autonómicas de este próximo mayo, el PSOE experimentará un empuje hacia arriba que hará que en 2012 el PP ya no disponga de la mayoría absoluta para gobernar y aunque gane en Andalucía, Javier Arenas no será presidente, algo al alcance de la mano aún del PP en Extremadura y Castilla-La Mancha. De seguir el PP por el camino que va, esto es, destilando un cambio tan menudo y enclenque que parece una permuta y sin lograr crear en la sociedad la ilusión de un cambio ético-institucional además de económico y social, permitirá la recomposición del PSOE. En el caso de España y Andalucía, a más de un año vista, la recuperación socialista será lenta pero imparable.

Zapatero ha caído y su partido ha visitado de su mano el infierno demoscópico. Ya no puede caer más bajo. Pero Zapatero, gracias a la estrategia del grupo que dirige el PP, no ha sido derribado por una marea electoral sino que ha sido defenestrado por el oscuro poder que manipula las ideas, las personas y los cargos en el PSOE. Chaves no subió a la vicepresidencia por casualidad. Sí, sí, Chaves, el amigo de Felipe y el protegido-protector de Prisa. Esto iba a llegar y alguien de ese oscuro poder tenía que estar cerca. A partir de ahora, y aunque subsistan las pésimas condiciones económicas y sociales, el PSOE va a levantar el vuelo. Cualquier candidato será mejor que Zapatero y el espectáculo de unas primarias, convertidas en pieza de orfebrería de la ética democrática, devolverán a muchos las ilusiones perdidas. Esto es, el PP no ha aprovechado su momento, el pájaro se ha escapado y ahora, si logra ganar las municipales, deberá prepararse para asistir a la irresistible ascensión de quien sea finalmente el candidato.

Los resultados de esta estrategia de la contención y el no despertar a la fiera dormida puede ser especialmente letal para Javier Arenas que, en sus mejores encuestas, apenas ha superado por muy escaso margen el tan ansiado tope de la mayoría absoluta, única puerta que conduce al cambio en Andalucía. Bastará un pequeño crecimiento del ánimo socialista para que PSOE e IU tengan de nuevo la opción de gobernar con el mantenimiento del régimen y su tela de araña. Para seguir teniendo esperanzas, Arenas deberá desvincular su estrategia de la estrategia nacional y ofrecer en el Sur un cambio mucho más de fondo, cualitativo y ejemplar en un cuerpo a cuerpo memorable.

Zapatero ha caído, pero ni ha muerto ni ha sido derribado. Sus espaldas se cargarán con todos los males del PSOE y el peto limpio de los contendientes en las primarias harán resurgir la esperanza en el electorado socialista. El PP debería haber comprendido ya que si en sólo una semana, con incidente incorporado, el PSOE logró ganar en 2004 contra todo pronóstico, en 2011, con un mes por delante para las municipales y autonómicas y un año antes de unas generales y andaluzas, con incidente o sin él, el PSOE puede subir hasta el nivel de la incompetencia de algunos estrategas.

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