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Percival Manglano

Carta del pequeño Nicolás a Pablo Iglesias

Le presté un servicio de primera al distraer la atención de los medios cuando usted más necesitaba que se olvidasen de su productora sin ánimo de lucro.

Le presté un servicio de primera al distraer la atención de los medios cuando usted más necesitaba que se olvidasen de su productora sin ánimo de lucro.

El pequeño Nicolás afirmó el sábado pasado en Telecinco que participó conmigo en reuniones relativas al proyecto de Eurovegas. Al haber respondido ya -tanto por escrito como en el programa de Ana Rosa y en esRadio- a las elucubraciones de esta versión 2.0 de Antoñita la Fantástica, he decidido hoy tomármelo con humor y escribir una de mis cartas paródicas. Aquí va.

Sr. D. Pablo Iglesias Turrión
Secretario General de Podemos
c/ Zurita 21
28012 Madrid

Excelentísimo Sr. Secretario General,

Es para mí un gran honor dirigirme a usted para felicitarle por su magnífica victoria en las recientes elecciones internas de Podemos, por las que se ha convertido en nuestro gran timonel. Es evidente que si Podemos está liderando hoy las encuestas electorales en España es, ante todo, gracias a sus cualidades personales: a su insobornable ética, a sus sensatas propuestas de cambio y a su disposición a dar la cara en los momentos más difíciles.

Dijo usted recientemente que va a hacer el Gobierno de los mejores. Sentí algo muy especial al leer estas palabras. Algo que, como una fuerza invisible, me ha empujado a escribirle ahora. Porque es indudable que un Gobierno de los mejores debe necesariamente contar conmigo. Por ello, me cabe el inmenso honor de ofrecerle mis humildes servicios como vicepresidente primero del Gobierno (ya hablaremos de ascensos más adelante). De hecho, sepa usted que yo ya trabajo para la Vicepresidencia, ocupándome de ciertos asuntillos como el problema que tiene España con Cataluña. En el fondo, pues, no le pido más que un pequeño ascenso una vez lleguemos al poder.

Entre tanto, le propongo me nombre director de Relaciones Institucionales de Podemos. Tengo gran experiencia en la materia. Me he relacionado magníficamente bien con todas las instituciones españolas, empezando por la Casa del Rey. Por cierto, ¿qué haremos con el Rey cuándo lleguemos al poder? Felipe es buen chaval. Estuve en su fiesta de proclamación y congeniamos. Sería una pena quitarle. Además, yo le asesoro en una serie de temas clave. Si le parece, podría empezar en mi nuevo cargo de director mediando con la Casa Real para asegurarles que todo irá bien tras nuestra inminente llegada al poder. A continuación, me convertiría en el embajador volante de Podemos ante las empresas del Ibex 35. Si, como bien dijo usted, "a los ricos hay que tratarles como a niños pequeños", ¡quién mejor que yo para infantilizarlos!

También podría contratarme como asesor de comunicación e imagen. Ya sabe que le reemplacé el sábado pasado en Telecinco cuando los malvados capitalistas dueños de la cadena privada se negaron a aceptar sus razonables condiciones de que fuésemos cuatro compañeros a arroparle en la entrevista. Claro, si había cuatro periodistas, el líder de Podemos no podía ser menos. Debía, por lo menos, tener otros cuatro miembros de su séquito a su vera. Es bien sabido que la verdadera democracia implica que el pueblo encarnado en su líder hable con plena libertad. Para ello, debe ser arropado por el pueblo y no agredido por inquisidores periodistas. En todo caso, al final fui yo al programa, ¡y ya no se habla más que de mí en toda España! Le presté un servicio de primera al distraer la atención de los medios cuando usted más necesitaba que se olvidasen de su productora sin ánimo de lucro. Espero que este servicio le sirva digamos que como prueba piloto y se decida a contar con mis servicios.

Cuente conmigo, querido secretario general, hágalo. Verá como no se arrepiente. Quedemos un día y le enseñaré con gusto un álbum de fotos con todos mis contactos, que pondré a su servicio y al del ilusionante proyecto de Podemos. Mis tarifas son muy competitivas. Incluso estoy dispuesto a liberar mi labor con varias becas de investigación en distintas universidades españolas.

Me despido de usted compartiendo la opinión de otros sobre mi persona. Sepa usted que estuve involucrado en altas negociaciones para atraer la inversión de Eurovegas a Madrid. Los americanos con los que negocié me llamaban Little Kennedy, ya sabe, el pequeño Kennedy (así me deberían llamar todos y no la cursilería esa de "pequeño Nicolás"). Con eso se lo digo todo. Le estoy ofreciendo la oportunidad de sumar a un Kennedy al proyecto de Podemos. No deje pasar esta oportunidad. Es de las que sólo pasan una vez en la vida.

Con mucho afecto,

Fran Nicolás Kennedy Iglesias.

www.pmanglano.com

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