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Percival Manglano

¿Qué hay detrás de mi expulsión de la Comisión del Ayuntamiento de Madrid?

El concejal popular explica lo ocurrido en la comisión del ayuntamiento y todos los antecedentes del caso.

Este viernes fui expulsado de la Comisión de Participación y Transparencia del Ayuntamiento de Madrid. No quisiera que esta expulsión se quedase en una mera anécdota. Fue una grave e inaudita decisión del equipo municipal que sólo se entiende si se explican las cuestiones de fondo que se dirimían en dicha Comisión. Por ello, explicaré ahora cómo se llegó a mi expulsión y por qué es sintomática de la forma de ejercer el poder del equipo de Manuela Carmena. Dejaré las imágenes de la propia expulsión –y su explicación- para el final.

Pero, primero, ¿quiénes son los principales actores en la expulsión? El Presidente de la Comisión –la persona que me expulsó- es Mauricio Valiente, tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid. Valiente fue hasta dos meses antes de las pasadas elecciones municipales el candidato de IU a alcalde de Madrid. Lo fue hasta la masiva traición de los miembros de IU que les llevó a integrarse en el entorno de Podemos. Como sabemos, este fue el caso, también, de Tania "no punto" Sánchez, quien abandonó IU prometiendo que nunca se integraría en Podemos y hoy es diputada nacional en el partido de su exnovio Pablo Iglesias.

Valiente es un admirador convencido del chavismo, como demuestran algunos de sus tuits. En coherencia con ello, se negó a pedir la liberación de los presos políticos venezolanos cuando se sometió a votación en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid el año pasado. Y, copiando el lenguaje chavista, llamó "golpistas" al PP hace un par de semanas.

El otro actor principal es Nacho Murgui, segundo teniente de alcalde. Murgui fue entre 2007 y 2015 presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM). Dimitió en marzo de 2015, al integrarse en las listas electorales de Ahora Madrid. Hoy, cuando el equipo de Carmena critica los escraches que sufren ellos, merece la pena recordar que Murgui lideró el escrache a Soraya Sáenz de Santamaría en su domicilio en 2014. También lideró uno, menos recordado, que se produjo el día anterior al de Soraya, en el domicilio de la diputada popular Belén Bajo.

¿Qué fue lo que ocurrió?

Segundo, ¿qué pasó durante la comisión? Lo primero por lo que pregunté a Nacho Murgui fue por su decisión de contratar como asesora a Sarah Bienzobas. El nombre de Bienzobas salió a la luz pública recientemente por ser una figura clave en la presunta financiación irregular por parte de Irán de Podemos y de Pablo Iglesias. Ella, como jefa de producción de la productora Con Mano Izquierda, habría repartido los sobres con dinero en metálico provenientes de la teocracia iraní a Pablo Iglesias y a su equipo. Tras acompañar a Iglesias al Parlamento Europeo como su asistente personal, Bienzobas volvió a Madrid cuando su jefe se presentó a las elecciones generales y ha sido convenientemente colocada en el Ayuntamiento de Madrid. A la pregunta de por qué había contratado a Bienzobas, Murgui respondió, literalmente, leyendo el procedimiento administrativo que sigue el Ayuntamiento de Madrid para contratar a su personal de confianza. Una burla.

Pero la iniciativa que desembocó en mi expulsión fue otra. Fue una comparecencia que el PP pidió a Murgui para que explicase su irregular contratación en la FRAVM (desvelada por ABC). La irregularidad es doble: por un lado fue, al mismo tiempo, presidente y técnico de la FRAVM y, por el otro, su contrato contravino la normativa municipal que impide que los representantes de las entidades de utilidad pública municipal cobren con cargo a fondos públicos. Y es que Murgui cobraba como técnico de la FRAVM gracias a un convenio financiado por el Ayuntamiento.

La situación era esperpéntica. Por un lado, se discutía el hecho de que Murgui hubiese sido su propio jefe en la FRAVM -y, como hemos visto, se dedicase a hacer escraches-. Pero es que, además, el responsable de dar explicaciones sobre esta irregularidad era ¡el propio Murgui! Esto es así porque Carmena le hizo una concejalía a su medida entre cuyas responsabilidades están precisamente las de financiar, controlar y fiscalizar a la FRAVM. Es decir, el concejal Murgui es el responsable de fiscalizar la labor del antiguo presidente de la FRAVM Murgui. Si esto no es una puerta giratoria, que venga Dios y lo vea.

Murgui, evidentemente, no dio ni una sola explicación. Se limitó a leer un papel que decía que todo estaba en orden y no hizo ninguna referencia a la evidente vulneración de la normativa municipal que su contrato en la FRAVM supuso. Mis protestas ante este cínico ejercicio de opacidad –rematado por el hecho de que Murgui estaba sentado hombro con hombro junto al responsable municipal de Transparencia, Pablo Soto; ¡vaya ironía!- hicieron subir el tono de la comisión.

El remate final vino cuando Murgui quiso entregarme una documentación en un gesto de chulería que, en el fondo, venía a decir "este es mi cortijo y aquí mando yo". Esto merece una explicación. Los concejales del Ayuntamiento de Madrid tenemos la potestad de hacer "peticiones de Información". Son procedimientos reglados por los que los concejales requieren, por ejemplo, expedientes, documentación oficial o estadísticas municipales. Desde el Grupo Municipal Popular habíamos pedido unas fotocopias de la nómina de Murgui en la FRAVM que obran en el expediente de justificación de la subvención otorgada a dicha entidad. Es decir, requerimos un documento que forma parte de un expediente oficial municipal. La funcionaria responsable de dicho expediente dijo que nos enviaría la fotocopia el miércoles. El jueves, al no llegar, la llamamos y dijo que estaba en ello. El viernes, para cuando acudimos a la Comisión, no nos había llegado. Al final, entendimos por qué. Murgui se la había quitado a la funcionaria, impidiendo así que la tuviésemos antes de la Comisión. Y pretendió dárnosla él en mano al final de una comparecencia en la que no había aclarado absolutamente nada.

Se trataba, pues, de una inaceptable injerencia del poder político en las labores técnicas del Ayuntamiento. Murgui le quitó la documentación a la funcionaria para someterla a su conveniencia política. Esto demostraba una mentalidad caciquil que llevó a mi vehemente protesta y a mi voluntad de devolverle la documentación para que se me entregase en tiempo y forma. Por desgracia, el sobre con la documentación cayó por un hueco en mitad de la mesa que dio a mí gesto una apariencia de ardor mayor del que en verdad tuvo.

El único vídeo que hay de esta fase final de la Comisión es el que ha publicado, como no, el partido de Carmena, Ahora Madrid -evidentemente, han usado las imágenes que graban las cámaras municipales para sus fines políticos-. Pueden ver el vídeo aquí. En ese momento fui expulsado de la Comisión. Todos los concejales del PP ahí presentes –Ana Román, Alicia Delibes y Begoña Larraínzar- así como la asesora Sonia Cea, abandonaron la sala en solidaridad conmigo en un gesto que agradezco sinceramente.

Mi voluntad de devolver la documentación y, en general, el tono de la protesta no se entienden sin las explicaciones que acabo de dar. El presidente Valiente, además, apenas me permitió explicar la razón de mi protesta. Espero que lo aquí escrito ayude a entender lo que de verdad ocurrió. Y, sobretodo, por qué mi expulsión demuestra una inaceptable actitud del equipo de Carmena marcada por la opacidad, el desprecio a la oposición, la chulería y, en general, la voluntad de hacer del Ayuntamiento de Madrid su propio cortijo.

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