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Percival Manglano

Y Carmena sacó su chequera

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, lleva camino de asociar su nombre indefectiblemente a una cifra: 120.000 euros.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, lleva camino de asociar su nombre indefectiblemente a una cifra: 120.000 euros.
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La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, lleva camino de asociar su nombre indefectiblemente a una cifra: 120.000 euros. Este es el importe asociado a su compra, en 2003-2004, del tercio del chalé de su vecina Cristina Almeida del que, a fecha de hoy, ha sido incapaz de acreditar su procedencia. Sabemos que pagó 180.000 euros por ese tercio del chalé y sabemos también que 60.000 de esos 180.000 los abonó a través de una transferencia. Pero los 120.000 restantes son un misterio. Un misterio más del patrimonio de Manuela Carmena.

Carmena defendió en su día que pagó con dos talones al portador de 60.000 euros cada uno. Esta versión quedó seriamente debilitada hace unas semanas. El problema es que los certificados bancarios acreditativos de los pagos le desmienten. Dichos certificados no dicen que pagase con cheques. Al contrario, uno dice que pagó con dinero contante y sonante (citando, incluso, la clave de operaciones que el banco asociaba entonces a los pagos en metálico) y el otro describe el pago con un equívoco "texto Manuela Carmena" que no prueba nada y, en todo caso, no acredita la existencia de ningún cheque.

A esto se suma lo atestiguado por el notario en la escritura de la compraventa, realizada en 2009 (cinco años después de la compraventa). La escritura dice que los pagos fueron "en metálico". No menciona por ningún lado un talón ni, por supuesto, incluye su número o fotocopia.

A la luz de dichas incongruencias, el PP pidió a la alcaldesa que diese una explicación en el Pleno del Ayuntamiento celebrado el pasado día 24 (la pregunta entera se encuentra aquí). La petición vino enmarcada en el contexto de la dimisión del ministro Soria. Soria tuvo que dar explicaciones por su patrimonio personal y por operaciones realizadas, en gran medida, antes de que entrase en política. Sus contradictorias explicaciones desembocaron en su dimisión. Carmena se enfrenta a una situación similar –patrimonio personal, contradicciones…–, pero, a fecha de hoy, no ha asumido ninguna responsabilidad política gracias, en gran medida, a una prácticamente inexistente presión mediática.

La respuesta de Carmena fue, en resumen, un golpe de efecto. Se trajo una chequera y la blandió. Eso fue, a su juicio, prueba suficiente de que decía la verdad. Es decir, frente a lo acreditado por un notario y un banco –que había pagado los 120.000 euros en metálico–, Carmena se atrincheró en su versión del pago con talones usando como única prueba… ¡una antigua chequera!

Pero lo mejor viene a continuación. La supuesta prueba se asentaba en el hecho de que en la matriz de la chequera, tras una serie de apuntes de pagos domésticos, aparecía un pago –sólo uno– de 60.000 euros a favor de Cristina Almeida. El apunte estaba en la última línea de la matriz y, por supuesto, escrito a boli. Es decir, que Carmena podría perfectamente haber escrito dicho apunte una hora antes de empezar el Pleno. No digo que lo hiciese, pero sí digo que esta chequera y su apunte no demuestran absolutamente nada.

Carmena, visiblemente nerviosa e incómoda, tardó 6 minutos y 30 segundos en dar su explicación, cuando el tiempo asignado para una pregunta en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid es de 3 minutos. Dobló de largo su tiempo, pues, pero al ser ella la encargada de moderar el debate, en su condición de presidenta del Pleno, por supuesto que no se cortó a sí misma. Al tocarme hablar de nuevo a mí, empecé a rebatir sus argumentos señalando que, más que a mí, la chequera se la tendría que haber enseñado al notario y al banco, puesto que ninguno de los dos acreditó que pagase con talones. Pero al poco tiempo me interrumpió y no me dejó terminar la explicación. El vídeo en el que se le ve aludir en dos ocasiones a la "naturaleza de la índole de lo que estamos aquí discutiendo" como justificación para cortarme es, francamente, bochornoso.

Pese a todo ello, hubo quien concluyó que Carmena había "demostrado" cómo pagó su chalé gracias a la chequera. Esto es, con todos mis respetos, rotundamente falso. Carmena no ha demostrado nada. Un apunte escrito a mano en la matriz de una chequera no es prueba de nada. Más bien, lo demostrado por la alcaldesa de Madrid es que no sabe o no puede despejar las dudas sobre el origen de esos 120.000 euros, y que toda la cuestión le pone francamente nerviosa.

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