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Pío Moa

ETA no es prioritaria para USA

Todos deseamos y esperamos que Bush encuentre el modo de lidiar con el terrorismo islámico y vencerlo. España debe actuar en esa lucha con solidaridad, pero no con supeditación hacia USA, porque es también una lucha nuestra, tanto por lo que tiene de defensa común de las sociedades de libertades, como porque, si hoy el terrorismo islámico nos afecta más bien indirectamente, en cualquier momento podemos empezar a recibir sus golpes. Los oficiosos bobalicones que intentan paralizar la réplica gritando la obviedad de que "no todo el Islam es terrorista", olvidan que son los propios islamitas pacíficos quienes en primer lugar deben esforzarse en poner coto a los fanáticos, de lo cual se ve más bien poco, y que en la mentalidad musulmana España es un país perdido para el Islam, al que podría retornar si Alá lo permite y los necios y donjulianes de aquí lo facilitan.

Naturalmente, en nombre de la lucha común, España tiene el derecho y el deber de exigir a USA también una solidaridad clara en la lucha contra el terrorismo etarra. Y algo se conseguirá, sin duda, a ese respecto, pero sería poco realista esperar gran cosa. Por dos razones principales: en primer lugar, la ETA no amenaza realmente a USA, y, por pura lógica, los norteamericanos le prestarán poca atención. Aunque en momentos de crisis se exaltan los intereses comunes, sería pueril esperar que otros vinieran a resolver nuestros problemas. Bastante será si ayudan algo, y desde luego, es preciso presionarles al respecto.

En segundo lugar, la ETA está muy ligada al PNV: aunque éste se sienta a veces perjudicado y rezongue, su estrategia es "recoger las nueces", y así seguirá, sin duda. A su vez, el PNV tuvo en el pasado lazos de dependencia con la CIA, a cuyo servicio trabajaron bastantes nacionalistas, y otros muchos fueron mantenidos o subvencionados largos años por los servicios exteriores useños. Esas influencias y agradecimientos mutuos permanecen a través de instituciones diversas, como la universidad y otras. No por casualidad, la gran prensa anglosajona llama "separatistas" a los terroristas y "nacionalistas moderados" a quienes tratan de rentabilizar políticamente los asesinatos. Puede deberse, y en parte se debe, a fallos de información por parte de los gobiernos españoles, pero hay también algo más.

Me produce inquietud tanto el incondicional entusiasmo pro USA, como el obtuso "antiamericanismo", ahora tan extendidos, pues ambas cosas llevan a la impotencia. G. Washington tiene una frase que viene muy al caso: "La nación que se entrega a sentimientos habituales de amor o de odio respecto a otra, se hace en cierto modo su esclava, ya que es esclava de tal odio o tal amor".

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