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Franco, desde el liberalismo

Los antifranquistas, que invocan tanto la república sin tener en cuenta sus efectos históricos, siguen socavando hoy la convivencia democrática.

aJuanJo dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 12:49:

Nunca en toda la epoca de la dictadura de Franco que me toco vivir me he sentido perseguido, ni creo que nadie que fuera persona normal, lo haya sentido nunca.

Se me escapan tantas razones, bien politicas o de otro tipo. Lo poco que se sobre lo que pasó en España, me hace temer que estemos cerca de una nueva involución debida a tanto memo que apoya tanta memez. Y a todos lo que estan con plena conciencia, dispuestos a destruirnos.

La gente quiere vivir, y eso queria entonces, con dignidad.

Desgraciadamente quienes son nuestro problema actual unos y otros politicos de distintas tendencias, pero con igual fin, son también quienes "legalmente" pueden cambiar las cosas

¿LO HARAN?

JuanJo

Hegemon1 dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 11:04:

Lo que pasa señores, es que por desgracia para los que somos liberales, una alternativa liberal no existió durante la Republica ni durante la Guerra y como bien dice Moa, ni durante el Franquismo. No hubo una oposición liberal al Franquismo con lo cual....Inlcuso ahora...¿Qué alternativa política de tintes liberales existe ahora en España? ¡¡Ninguna!!, salvo un movimiento independiente de periodistas e intelectuales y algún que otro político con un número cada vez mayort, pero pequeño aún, de españoles.

LeonAnto dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 10:40:

Oiga:

Creo que a Vd., en España, no le van a hacer mucho caso, porque al aplastar como aplasta intelectualmente a los que Vd. contradice, éstos, por soberbia, principal pecado español, no se lo van a aceptar.

Arsbin dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 10:18:

Sería interesante incidir en el estudio de la aplicación de la Constitución y la legalidad durante la II República. Me refiero a la subversión del propio régimen constitucional republicano que desde el primer momento se produjo incluso por quienes la instauraron a través de un golpe de estado, todo hay que decirlo.

También sería interesante que muchos españoles conocieran el proyecto del comunismo y el anarquismo en España ya desde principios de siglo.

Del mismo modo que no se puede entender la transición sin conocer la historia de España con Franco y la II Repúlbica, tampoco es posible entender la historia de España desde el golpe de Estado contra Alfonso XIII hasta los años 50 sin conocer los movimientos comunistas, anarquistas y nacionalistas.

En cuanto a los nacionalismos yo partiría desde Savigny y su "espíritu del pueblo" que tergiversó el "espíritu de las leyes". Si bien este jurista no tenía otra pretensión que la de hacer preservar el derecho consuetudinario germánico frente a la codificación, por lo que está de más culparle de los delirios nazi-onalistas de otros: su obra fue utilizada posteriormente para justificar proyectos nazi-onalistas, desde el Partido Vasco mantenedor de Dios y Ley Vieja (PNV) al Partido Nacional Socialista Obrero Alemán.

Casualmente todos ellos, anarquistas, comunistas y nacionalistas, eran antifranquistas.

Maddi dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 09:50:

Estimado Sr Moa:

Coincido plenamente con usted en sus valoraciones sobre Franco y el antifranquismo. Le agradezco por tener la honestidad y la valentía de exponerlas públicamente. Es un gran bien que nos hace a los españoles.

Ahora los antifranquistas, por medio de este Gobierno infame, han vuelto a hacer a nuestra nación un daño inmenso. Dicen que la democracia debe dar voz también a los proetarras, que hay que respetar sus ideas y que su anhelo de independencia es perfectamente legítimo si renuncian a la violencia.

Pero aquí hay una gran perversión. Si han sido violentos, es porque sabían que sus ideas no eran legítimas. Que la soberanía de nuestra nación reside en el pueblo español. Que ellos no pueden decidir si se independizan o no, porque son una parte de España y los españoles no vamos a permitir que nos extirpen una parte del territorio.

El crimen del gobierno y de todos los que apoyan su política con ETA consiste en privarnos a los españoles de nuestra soberanía para entregársela a ellos. Zapatero, Rubalcaba y todos los responsables deben ser juzgados y condenados por alta traición. Eusko Alkartasuna debe ser ilegalizado por colaborar, como el gobierno, con los terroristas.

Ya basta de decir que los objetivos de los nacionalistas (PNV, CIU, Nabai...) son legítimos porque renuncian a la violencia. Es falso. Debemos privarles de la fuerza que tienen gracias a la perversa ley electoral.

Además, si ETA abandonara la violencia sería porque el gobierno ya le ha dado todo. Pero un gobierno así es una organización criminal que debe ser, igual que ETA, perseguida por la justicia.

Un atento saludo:

Maddi

Vendeano dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 08:35:

Como dijo Ortega, no es lo mismo una institución cuando llega que cuando se va. Hasta la exclavitud tuvo su bondad al llegar: ya no se mataba a los prisioneros. Cuando se fue era ya una institución caduca, superada por la propia evolución de la sociedad, tanto material como espiritual. Podemos decir incluso que sin exclavitud no se habrían alcanzado las propias condiciones que permitieron prescindir de ella.

Con el franquismo pasó lo mismo. Las instituciones liberales habían demostrado no poder mantenerse en nuestro pais. Fue la solución autoritaria franquista la que creó las condiciones para poder intentar otra cosa (ahora veremos si lo conseguimos, esa es nuestra responsabilidad, no la de Franco).

Es importante recordar que liberalismo no va unido forzosamente a democracia. Karl Popper p.ej. insistió mucho en ello, de cómo históricamente bajo muchos gobiernos autoritarios la gente ha llevado una existencia satisfactoria y plena, disfrutando de amplias libertades personales y sociales, algo preferible siempre al caos y la ausencia de ley.

Por otra parte, no olvidemos el panorama europeo de entonces, lleno de soluciones autoritarias y totalitarias desde las más conocidas hasta Finlandia y Polonia, esquema del que sólo se salió por traumática y azarosa guerra de resultado incierto: la Guerra Fría y media Europa democrática sostenida no sobre si misma sino por la Gran Democracia y la otra media sometida al totalitarismo comunista. Nada de lo que avergonzarnos en España pues, sino todo lo contrario.

Cada época debe salvarse a si misma. Franco salvó la suya y dejó buen material para la nuestra. Somos ahora nosotros los que podemos usar bien o despilfarrar ese capital. Y no parece que apuntemos maneras.

escade1 dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 07:26:

La democracia no llegó cuando pudo, sino cuando fue inevitable.

El régimen democrático que surgió tras la muerte de Franco no fue obra, como usted bien prueba, de demócratas, sino que surgió ante la imposibilidad, que no deseo, de los elementos fieles al Caudillo de mantener el régimen, sin su jefe, por medios pacíficos. Los otros elementos que fueron tomando posiciones cercanas a los partidos antidemocráticos (PSOE, PCE, PNV, básicamente) que iban a reclamar libertades políticas no lo hicieton por convencimiento ni por principios ideológicos, sino por interés personal. Y quienes dirigían entonces aquellos partidos totalitarios tampoco buscaban la democracia como tal, sino un espacio público para imponer al resto de españoles (la mayoría de españoles carecía entonces de ideología política, pues no hacía falta tenerla en un régimen en el que la mayoría vivía en libertad) sus bastardos intereses partidistas, como bien se ve hoy.

La UCD realmente no era un partido, pues carecía de ideología. Era el aglutinante de quienes viniendo de puestos en el anterior régimen, esperaban poder tomar parte, de alguna forma, en el nuevo escenario de poder. La UCD, sin el apoyo explícito del rey a Suárez (al principio) no habría tenido la menor opción de dirigir los primeros años sin el Caudillo.

Hoy estamos pagando las consecuencias de haber pasado de un régimen autoritario, pero aglutinante socialmente, a una neciocracia disgregante que vive del enfrentamiento social permanente. El cambio no ha podido ser peor para España entera.

paserifo dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 05:50:

Pues yo creo que ha llegado la hora de romper con el franquismo e instaurar una veradera democracia liberal en España. Todos los males que padecemos hoy no vienen por culpa de unos antiespañoles que han querido romper con el «maravilloso» franquismo y su prístino legado, sino por todos aquellos que han usado el esqueleto dictatorial franquista para mangonear a su antojo y sin responsabilidad alguna.

¿Por qué tenemos los sindicatos que tenemos? Por el franquismo.
¿Por qué los partidos políticos suplanatan las funciones del Congreso de los diputados? Porque en el franquismo las cortes existían sólo para aplaudir al dictador, igualico que ahora. La diferencia es que ahora tenemos varios dictadorcillos.
¿Por qué los jueces españoles se pliegan a las decisiones políticas? Porque están acostumbrados a eso: «tengamos la fiesta en paz».
¿Por qué los españoles no podemos elegir directamente a los alcaldes, a los diputados, al presidente del gobierno, a los jueces y magistrados? Porque, como se decía en el franquismo, no sabemos lo que nos conviene.
¿Por qué los periodistas se humillan ante los políticos y pretenden obligar a los ciudadanos a creerse a pies juntillas las mentiras que dicen los políticos? Porque, como en el franquismo, los periodistas, como los empresarios, saben que les «conviene» llevarse bien con el régimen.

El franquismo no ha pasado porque está fuertemente arraigado en la obtusa mente de los que hoy gobiernan. No en vano, o empezaron su carrera política en la dictadura, lo hicieron con los herederos directos del Movimiento Nacional: el PSOE.

No puede salvar al franquismo y atacar al PSOE, que es el partido que más se ha beneficiado y se beneficia de los restos de la dictadura. Y su trabajo les ha costado.

Llegará el día en que desaparezca el PSOE de España y veremos a Pío Moa diciendo que no era para tanto.

La democracia española del 1978 ha sido, en su mayor parte, una parodia del franquismo, con elecciones a punta de pala y palabras bonitas. Pero no ha sido una democracia con verdadera separación de poderes, no ha sido una democracia basada en un Estado de Derecho en el que la Ley estuviera muy por encima de las negociaciones por el poder político, y tampoco ha sido una democracia en la que los partidos políticos hayan respetado a la nación, es decir, al pueblo español, así como tampoco han respetado nunca a las instituciones del estado o la mismísima constitución. Todo ha estado siempre sometido a los intereses de los socialistas y separatistas por hacerse con el poder. Y el Rey, Jefe del Estado a quien la Constitución otorga un «papel moderador» siempre ha intentado favorecer las posiciones políticas más favorables al partido en el gobierno (fundamentalmente, el PSOE), traicionando a las leyes y al «pueblo soberano».

Hay que refundar España y hay que acabar con las pulsiones totalitarias del PSOE y con todos los movimientos antiliberales, tanto los separatistas como los que abundan en el PP. Y hay que romper con la continuidad del franquismo. Tenemos que tener un Estado de Derecho moderno, con separación de poderes, con gobierno de la ley, con responsabilidad individual, con listas electorales abiertas, con jueces y periodistas independientes y con una constitución clara, breve, útil, liberal y antitotalitaria. Y no debe temblarnos el pulso si hay que derogar todas las leyes vigentes contrarias a la nueva constitución.

Fausto19 dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 02:51:

La población tuvo la oportunidad de expresarse democráticamente. Y lo hizo, de la forma más radical: con las armas en la mano y con su trabajo.

Franco contó con más voluntarios, más disciplinados y aguerridos.
El Frente Popular tuvo que recurrir a movilizar adolescentes y hombres avejentados.

Igualmente, en el trabajo diario, la gente del bando nacional se esforzó en producir más y mejor. En el lado rojo, la producción disminuyó catastróficamente, lo que es un índice claro de que a las masas populares les traía al pairo mantener a la oligarquía revolucionaria.

Esto se nota especialmente en la producción de alimentos. La España roja paso hambre, mucha. A pesar de que contaba con zonas como Valencia, Murcia, Cataluña, la Mancha o el Alto Guadalquivir.

elcapita dijo el día 14 de Junio de 2011 a las 01:36:

B noches.

En mi modesta opinión, creo que poca discusión admiten los argumentos expuestos por el sr. Moa. Resulta un tanto hilarante que advenedizos como Vilches( con el que, por lo demás, suelo coincidir, y mi calificación de advenedizo no invalida el respeto que le tengo por el rigor con el que suele fundamentar sus puntos de vista, pese a que en esta ocasión creo que no ha estado muy certero) pretendan a estas alturas de la película refutar, de modo además tan parcial, las tesis de don Pío.

Habla el sr Vilches de que no se puede defender la democracia liberal desde el respaldo al franquismo. Pero ni una palabra acerca del referendum en el que más del 90% de la población se decantó por la opción reformista que proponían las últimas Cortes del régimen( presididas por Torcuato Fdez Miranda), rechazando así de plano la alternativa de ruptura liderada por el PCE.

Tampoco tiene a bien el sr Vilches ´mencionar el hecho de que el presidente del Gobierno tras las elecciones de junio del 77, y hasta el 82, fue un tal Adolfo Suarez, hombre estrechamente vinculado al franquismo desde su condición de secretario de la Falange. Supongo que su elección como jefe de gobierno se debía al insano gusto de una amplia mayoría de españoles por las ideas totalitarias del falangismo y del franquismo de primara época( 36 al 45, en efecto).

Le convendría, y mucho, al sr Vilches repasar las diferencias conceptuales entre totalitarismo y autoritarismo; yo le remitiria a la magnífica y célebre definición de Linz, perfilando tanto las similitudes como las claras diferencias entre uno y otro....y curioamente fíjese Vd, entre los ejemplos de regímenes totalitarios( cita a las llamadas "democracias populares" comunistas, en especial la URSS de los 60 con sus movilizaciones "populares" y, bajo su influencia y supervisión, las dictaduras de los países del extinto Telón de Acero, expresión acuñada por Churchill) no menciona al franquismo. Pero claro, el sr Vilches debe saber mucho más que un politólogo de acreditada solvencia como Linz.

De paso, tb sería recomendable que el pretendido "refutador" de Moa rememorara lo que dijo Alexander Solenitszhin en su histórica visita a España, dejando bien patentes las enormes diferencias entre la España franquista y la brutal represión soviética que el padeció . No vamos a negar, como es obvio, qu ehubiera una fuerte censura de prensa en el régimen de Franco, pero equipararla tan gratuitamente con la imperante en las dictaduras( estas sí, totalitarias) de la URSS y paises satélites es de una ligereza tal que espanta. Algo impropio del sr Vilches. Y además raya, cuando no entra de lleno, el el terreno de la deshonestidad intelectual.

Por no hablar de que el franquismo permitía a los españoles viajar libremente al extranjero( salvo a la URSS e Israel) , algo que los pobres seres humanos sojuzgados por el comunismo no podían ni siquiera soñar. Bien sr Vilhces bien. Bravo por su, seguramente, "involuntaria" omisión.

Tampoco tiene a bien hablar de un tema determinante a los efectos de calificar como totalitario a un régimen político,cual es el hecho de disponer de los denominados comités de defensa de la revolución,( o terminologías equivalentes), con los que el comunismo trataba, y desgarciadamente lograba, aterrorizar a la población. Comités que sigquen funcionando en Cuba o en Venezuela, con Chávez tan entusiasmado, con el preceptivo asesoramiento de comisarios políticos cubans, en importar la tiranía castrista. Todos sabemos cual es el proceder de esos siniestros comités enviados por el régimen, y de las terribles consecuencias que sufren los disidentes por ellos descubiertos.

En consonancia con todas estas omisiones, el sr Vilches tampoco consodera oportuno destacar, como sí hace Pío Moa, que la represión franquista, tanto en la guerra como en los primeros años de posguerra, se canalizó a través de consejos de guerra yjuicios sumarísimos militares. Hubo víctimas inocentees sí, pero una parte sustancial de las inaceptablemente "denoominadas" víctimas fueron asesinos despiadados. Habría escasas garantías legales sí, pero en todo caso nada que ver con los asesinatos legitimados por los "tribunales populares" republicanos. Simulacros de juicios en los que la "sentencia" de muerte estaba dicatda de atemano. Y por supeusto, se les mataba solo por razones políticas, no por delitos de sangre. Resulta tristemente simplista y manipulador soslayar tan incuestionables evidencias.

Y por último, si bien tiene razón el sr Vilches en que no se pueden establecer paralelismos entre la legislación emanada de un régimen autoritario y la de un Estado de Derecho, no lo es menos que los legisladores franquistas( sobre todo los tecnócratas que se incorporaron a estasfunciones a finales en los 50) eran personas mucho más cualificadas intelectualmente que la trpa de mediocres dominante hoy en las cámaras. Prueba de ello es que no pocas dee sas leyes han vertebrado y siguen vertebrando el núcelo esencial del Derecho Administrativo, tales como las Ley de Expropiación Forzosa( 1954), prácticamente inmodificada a fecha de hoy, o la Ley de Procedimiento Admvo( sin cambios desde el 58 hasta el 92, conreforma en el 99 para reintroducir el recurso de reposición, la revisión de reglamentos y el carácter vinculante, y no solo preceptivo, del dictamen que con esta finalidad debe emitir el Consejo de Estado).

No quiero aburrir con referencias jurídicas, pero tb citaría la prolongada vigencia de la Ley de Contratos del Estado v.gr. Esverdad que a esas leyes les faltaba la legitimidad democrática propia de las elaboradas por los Parlamentos democráticos, pero no lo es menos que su rigor y altura técnica es muy superior a la de el 99% de las leyes actuales. Prueba de ello es su dilatadísima vigencia temporal, hasta bien entrada la democracia constitucional.Y muchas veces más justas.

Lamento el rollo epistolar. Dulces sueños.