Menú
Porfirio Cristaldo Ayala

La matanza de Madrid

Las diez explosiones simultáneas en trenes llenos de gente en Madrid, ejecutadas al parecer por Al Qaeda, causó estupor e indignación en España y el mundo. Pero la aflicción y la solidaridad con las víctimas no son suficientes. Los pueblos democráticos deben entender que la lucha contra el terrorismo es una verdadera guerra, que no reconoce países neutrales y que solo podrá vencerse mediante la cooperación internacional y atacando a los gobiernos que patrocinan a grupos terroristas, como el derrocado régimen de Saddam en Irak.
 
El brutal atentado que dejó 200 muertos y más de 1.400 heridos en Madrid, en venganza por la participación de España en la guerra de Irak, no es diferente a la masacre de miles de personas en Nueva York y Washington el ominoso 11 de septiembre 2001, ni a los bárbaros atentados terroristas que se suceden a diario en contra de gente inocente en Jerusalén, Bagdad, Karachi, Estambul, Riyadh. El terrorismo se fortalece con la hipocresía internacional.
 
En un mensaje a los españoles el grupo Al Qaeda explica: “No sentimos pena por los denominados civiles. Si está bien para vosotros matar a nuestros niños, mujeres, ancianos en Afganistán, Irak, Palestina y Cachemira, ¿por qué nos estaría vedado a nosotros matar a los vuestros?” No distinguen entre los soldados que caen en una guerra y el asesinato deliberado de civiles inocentes, un crimen que no tiene justificación.
 
Pero la diferencia entre guerra y terrorismo es abismal. En la guerra se trata de proteger a civiles inocentes, en tanto que para los terroristas, los blancos de sus ataques son los civiles inocentes. Los soldados que matan civiles intencionalmente son criminales de guerra. Pero los terroristas fanáticos tienen poco que perder. Para vencerlos debe combatirse a los gobiernos que los protegen y financian, como el Talibán en Afganistán y Saddam en Irak.
 
Algunos países que hoy se solidarizan con la tragedia del pueblo español adoptaron una posición “pacifista” en la guerra contra Irak, haciéndole el juego al terrorismo. Incluso gobiernos, como los de Francia, Alemania, Brasil y Argentina, permitieron que un antiamericanismo circunstancial les hiciera oponerse tenazmente al esfuerzo bélico de EEUU, Inglaterra, España, en defensa de los valores de la civilización occidental.
 
Esta guerra buscaba derrocar a un gobierno que mantenía fuertes lazos con el terrorismo. El régimen inhumano de Saddam no solo asesinó y torturó a miles de iraquíes, cometiendo genocidio contra su pueblo, sino también promovió a grupos terroristas. En el futuro, ante la perspectiva de un ataque devastador de occidente, muchos gobiernos totalitarios de la región negarán santuario a terroristas. Y otros cooperarán para eliminar a los fanáticos.
 
Las naciones que restan su apoyo al esfuerzo bélico en la guerra contra el terrorismo, no actúan en beneficio de la paz, sino de la masacre de miles de civiles inocentes a mano de grupos terroristas para quiénes las muestras de mesura son muestras de debilidad. Lo único que puede evitar nuevas matanzas y devolver la paz al mundo es la firme decisión de los pueblos democráticos de luchar contra el terrorismo y los gobiernos que lo amparan.
 
© AIPE
 
Porfirio Cristaldo Ayala, corresponsal de AIPE y presidente del Foro Libertario.
 

En España

    0
    comentarios