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Porfirio Cristaldo Ayala

Libre mercado y ecología

La causa de la irracional deforestación no es la expansión agrícola ni el mercado, sino la falta de derechos de propiedad, o la desprotección de tales derechos.

En América Latina se suele pensar que los problemas ambientales son efectos del mercado y que solo el Estado puede prevenirlos. Es exactamente lo contrario. Estos problemas son causados por la falta de mercado y no se solucionan con intervencionismo sino creando nuevos mercados. De hecho, la mayor protección ambiental se lleva a cabo en los países capitalistas y no por ser más ricos, sino por tener derechos de propiedad mejor protegidos. Los mayores desastres ecológicos han ocurrido en los países más estatistas, como la Unión Soviética y China. En nuestros países, la deforestación más salvaje ocurre en los parques nacionales y en tierras ocupadas por invasores, donde no existen derechos de propiedad.

Los problemas ambientales surgen como externalidades. Una empresa que produce en forma rentable puede, sin embargo, ocasionar perjuicios a terceros contaminando el curso de un río. Y si tuviera que compensar a los afectados por ese perjuicio su producción no sería rentable. Pero la empresa no considera el costo de contaminación debido a que no existe propiedad en el río ni funciona un mercado que la obligue a incluir todos los costos. Nadie tira basura en la casa del vecino, sino al costado de las carreteras porque estas son de nadie. Y lo que a nadie le pertenece, nadie cuida, explicaba Aristóteles.

La depredación de la propiedad común se observa en todas partes: en campos comunales, la fauna silvestre, los ríos y sus peces, que como pertenecen a la comunidad son depredados al máximo, en lo que se conoce como “la tragedia de los comunes”. Su única solución es asignarles derechos de propiedad bien definidos y protegidos. En África, la depredación del elefante, el rinoceronte y otros animales en peligro de extinción terminó cuando se otorgaron a los nativos y a los propietarios de las tierras donde se encontraban el derecho de cuidarlos y comerciar con ellos. Entonces, en lugar de extinguirse se multiplicaron. Las gallinas y vacas se comercian en gran cantidad, pero aumentan continuamente.

Los problemas ambientales, como la depredación de los peces y la fauna silvestre, se solucionan mejor asignando sólidos derechos de propiedad sobre ellos para que funcione el mercado. Si los peces de nuestros ríos fueran asignados a los pescadores, como derechos de pesca en toneladas por año, pronto acabaría la masacre de peces.

En algunos casos no es fácil asignar derechos de propiedad, como en el aire. Aún así, la contaminación del aire se redujo en los países desarrollados mediante la asignación a los industriales de derechos de polución anual que se comercian en el mercado, lo cual establece un costo efectivo a la contaminación. Eso obliga a los industriales a incluir la contaminación en sus costos y a invertir en sistemas para reducirla.

¿Cómo se explica la deforestación irracional que se observa en mi país en algunas propiedades privadas? ¿No saben los propietarios que es más rentable preservar los bosques? ¿No saben que la deforestación puede convertir sus tierras en desiertos y con los años reducir drásticamente su valor?

Los propietarios saben todo eso. Pero se ven obligados a deforestar sus campos para protegerse de los invasores de tierras que lo primero que buscan son los bosques para depredarlos y vender la madera. Además, las tierras con bosques son consideradas por el gobierno "latifundios improductivos", para cuya expropiación no es necesario pagar el valor de mercado. En tierras sin bosques no hay invasiones y el gobierno las considera propiedades "racionalmente explotadas".

La causa de la irracional deforestación no es la expansión agrícola ni el mercado, sino la falta de derechos de propiedad, o la desprotección de tales derechos. Tratando de preservar los bosques, se promulgan leyes de "deforestación cero" que empeoran la situación. Además, si no se permite deforestar a los propietarios que necesitan cultivar, los bosques se convierten en un grave problema y en tierra de nadie, sin valor. Así todos tratan de librarse de sus bosques lo antes posible, como sea, incluso pagando coimas. Y los gobiernos, en lugar de salvar los bosques, terminan promoviendo su rápida desaparición.

En Libre Mercado

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