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Raúl Vilas

El vomitivo artículo de John Carlin contra James Rodríguez

El periodista de 'El País' vuelca toda su bilis contra el futbolista por no respaldar públicamente el apaño de Santos con las FARC.

"James Rodríguez es un cobarde, ¿sí o no?". De esta forma tan sutil titula John Carlin un artículo en El País dedicado a insultar a James Rodríguez por no respaldar públicamente el acuerdo al que ha llegado Santos con los narcoterroristas de las FARC y que ha generado un gran rechazo en una parte significativa de la sociedad colombiana.

Como es habitual, el que discrepe o simplemente no haga lo que Carlin y otros que pontifican en las páginas de El País deciden que es correcto se convierte automáticamente en un ser interesado, sólo preocupado por el dinero, un fascista sin escrúpulos al que se puede insultar. En este caso, James Rodríguez ni siquiera se ha pronunciado en contra del apaño con las FARC, simplemente no se ha sumado, todavía, a la campaña por el sí.

Antes, Carlin aprovecha para descalificar a Álvaro Uribe, de quien dice que prefiere "estancarse y embarrarse en el lodo de los rencores del pasado, como en el conflicto eterno entre Israel y Palestina, a abrazar la oportunidad única de un futuro en paz. Uribe, una versión de Donald Trump más cerebral, pero igual de vanidosa y embustera, arrastra a las multitudes. James también". Curiosamente, omite la oposición al acuerdo de otro expresidente como Andrés Pastrana, amigo de Felipe González, al que resultaría más difícil caricaturizar como un populista resentido que no quiere lo mejor para su país.

Carlin compara la actitud de James con la del ciclista Nairo Quintana, que ha cedido a las enormes presiones y sí se ha sumado a la campaña. Carlin dice que Nairo "proviene de una familia rural y más humilde que la de James", lo que ya le convierte en persona más bondadosa y por tanto proclive a un acuerdo al que sólo se oponen malvados adinerados como Uribe y James.

Ha habido intentos de parte de las campañas por el 'sí' de reclutar a James para la causa. Hasta ahora no ha respondido. En cambio, el ciclista Nairo Quintana, ganador de la última Vuelta de España, se la ha jugado. Nairo, que proviene de una familia rural y más humilde que la de James, es el otro gran héroe deportivo nacional de Colombia. Dudó durante un tiempo, pero por fin este mes se declaró a favor de los acuerdos.

Pero lo más abracadabrante es cómo carga sobre las espaldas del jugador de fútbol el resultado del referéndum:

No cabe ninguna duda de que si la estrella del Real Madrid sigue el ejemplo de Nairo el resultado del plebiscito dejará de estar en cuestión. El 'sí' arrasa. James tiene todavía una semana para hacer un gesto de más valor para su país que cualquier trofeo que gane, la Copa del Mundo incluida; tiene una semana para demostrar si le interesa más el dinero que el bien común colombiano, si es un cobarde o un valiente.

Carlin, al que el dinero no le importa en absoluto, seguro que no está cobrando un sólo céntimo por la serie de artículos que está publicando desde Colombia. Simplemente lo hace por su infinita bondad y afán de justicia universal. Él no es de esos que se mueven por el vil metal. El maniqueísmo es de tal magnitud que resulta obsceno incluso en las páginas de El País; y, como colofón, se permite el lujo de decirle a James Rodríguez lo que tiene que hacer para ser una buena persona:

El escenario ideal sería el siguiente: James marca un gol para el Real Madrid entre hoy y la noche del domingo 2 de octubre, se quita la camiseta y revela ante el mundo otra debajo que pone: "Sí a la Paz". Sería, con muchísima diferencia, el gol más importante de su vida. Sería su oportunidad de pasar a la historia no solo como un gran futbolista, también como un gran hombre.

A Carlin la opinión del futbolista le importa una higa. Considera a James, como al resto de los colombianos, un ser despreciable incapaz de discernir por sí mismo entre el bien y el mal; y su misión, como la de todo periodista progre que se precie, es señalarle el camino hacia la bondad, de la que tanto él como su periódico son los únicos custodios.

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