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Ricardo Medina Macías

Horóscopos y presupuestos

El crecimiento económico no depende del volumen de gasto público. Por eso fallan la mayoría de los presupuestos convencionales y por eso la cifra de crecimiento propuesta por los estrategas de Fox fallará. Más aún, es imposible hacer un pronóstico cuantitativo acertado sobre el crecimiento del año próximo.

La discusión sobre la tasa de crecimiento para el año próximo propuesta por el equipo de Fox está viciada de origen. De hecho, los pronósticos de crecimiento derivados de los presupuestos convencionales que suelen hacer casi todos los países son meras formulaciones cuantitativas de deseos, prejuicios y supuestos falsamente “científicos” que, a la postre, fallan. Se quedan cortos y luego decimos que fueron “pesimistas” o sobreestiman el crecimiento y a posteriori decimos que fueron excesivamente “optimistas”.

Primer error conceptual: el “cientismo” de los economistas. En repetidas ocasiones y especialmente en su espléndido discurso de recepción del premio Nobel de economía (1974), Friedrich A. Hayek desenmascaró la arrogante y errada pretensión de los economistas de aplicar irreflexivamente los métodos y modelos cuantitativos propios de las ciencias físicas.

Hayek resaltaba que la economía trata de fenómenos “esencialmente complejos” sobre los cuales podemos descubrir ciertas relaciones causales, pero tales relaciones causa-efecto no son mensurables ni cuantitativamente predecibles. Sabemos, por ejemplo, que un marco jurídico estable y conocido propicia el crecimiento económico, pero es imposible cuantificar ese factor de crecimiento. Así pues, lo honesto sería pronosticar que la presencia de tales o cuales condiciones, plasmadas en el presupuesto, propiciarán un mayor crecimiento -en comparación con la ausencia de esas mismas condiciones-, pero es una pretensión errada cuantificar de antemano los efectos.

Esta arrogante pretensión tiene ya, por desgracia, carta de naturaleza en la opinión ilustrada y en la opinión pública. Es un mito moderno que equipara la presunta medición de un fenómeno al verdadero conocimiento. Ponerle numeritos de probabilidad a los horóscopos no los hace “científicos”. Saber no es medir.

Segundo error conceptual: el mito keynesiano de que el crecimiento deriva de un aumento en la demanda y que esta mayor demanda a su vez puede impulsarse, sin más, a partir de un mayor volumen de gasto público.

También Hayek desenmascaró esta mentira. En el caso específico de México, aquí y ahora, es claro que la suposición “a mayor gasto gubernamental, mayor crecimiento” es totalmente falsa. Lo es por las siguientes razones: 1. La asignación de recursos es notoriamente más ineficaz en el sector público que en el sector privado, a causa de los incentivos erróneos y hasta perversos que mueven a las burocracias gubernamentales. 2. El factor “confianza” (una compleja combinación de condiciones de estabilidad monetaria, fiscal y jurídica junto con una actitud gubernamental de franco apoyo al mercado libre y a la competencia de la inversión privada) es hoy claramente más importante para potenciar el crecimiento que el gasto gubernamental. En otras palabras, una menor inflación y unas finanzas públicas equilibradas o en superávit son más importantes para el crecimiento que un determinado volumen de gasto público. 3. A mayor gasto público deficitario (nivel de déficit fiscal) menor crecimiento, a causa de la expropiación de recursos al sector productivo y a la sociedad. Lo mismo cabe decir del efecto inhibidor del crecimiento que tiene una política monetaria laxa o acomodaticia.

Así, el gobierno de Vicente Fox debe trabajar en generar las condiciones de un mayor crecimiento en donde sí puede controlar el efecto de sus acciones, es decir en unas finanzas públicas equilibradas o en superávit y en una política monetaria francamente restrictiva que disminuya con más energía la inflación. A diferencia del pronóstico de crecimiento (que es una superstición pseudocientífica), las metas de equilibrio o superávit fiscal y de inflación sensiblemente menor sí pueden ser cuantificadas y sí puede saberse, de antemano, con qué volumen de gasto y con qué política monetaria tendremos tal o cual cifra de inflación que potenciará el crecimiento.

Lamentablemente el equipo de Fox, en el área presupuestal, no ha sabido romper paradigmas. Sigue encadenado en la superchería de los mitos keynesianos.

El papel del gobierno debe ser desencadenar el crecimiento, mal comenzamos cuando los estrategas económicos de Fox no saben liberarse de las cadenas mentales.

© AIPE

Ricardo Medina Macías vive en Ciudad de México y es analista político

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