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Robert Bottome y Norka Parra

Sorpresas y mentiras

Los inversores tampoco arriesgarán su capital sin tener garantías jurídicas internacionales, sobre todo después del mal precedente sufrido por ExxonMobil y ConocoPhillips.

Para sorpresa de muchos y en contra de la política estatizadora del Gobierno de Chávez, Petróleos de Venezuela (PDVSA) está emprendiendo una nueva en su capital. La semana pasada, el presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, anunció que 47 empresas fueron invitadas a participar en el proceso de licitación para desarrollar cuatro áreas del bloque Carabobo de la Faja Petrolífera del Orinoco, en condición de socios minoritarios, con un máximo de 40% de participación. Cada una de las cuatro áreas del bloque Carabobo tendría una producción estimada de 200.000 a 240.000 barriles diarios a partir del 2014.

Llama la atención que el ministro Ramírez declaró que los costos de producción estarían entre 3 dólares a 4 por barril, lo cual es una falacia, ya que el costo real estaría en el orden de entre 9 y 10, si se toman en cuenta la depreciación, el costo del dinero y otros factores.

Ramírez también anunció que PDVSA construiría en la zona de Soledad, estado Bolívar, dos mejoradores de crudo, cada uno con capacidad de procesar hasta 240.000 barriles diarios de crudo extrapesado, convirtiéndolo en crudo mediano. Extraña que el ministro Ramírez no haya hablado del costo de los dos mejoradores. Pero, tomando en cuenta que los cuatro anteriores –con una capacidad conjunta de unos 520.000 barriles diario de crudo mejorado– requirieron inversiones de unos 17.000 millones de dólares, antes de entrar en producción, aplicando una simple regla de tres se tendría que los 800.000 barriles diarios de nueva capacidad proyectados podrían costar unos 26.000 millones de dólares. Pero, agregando el impacto de la inflación mundial, el costo probable no sería menor de $32 mil millones. De esta cifra, PDVSA tendría que aportar 19.200 millones de dólares, mientras que los socios, 12.800 millones. Pero es muy poco probable que PDVSA pueda aportar tal suma.

Este proyecto de apertura de su capital nace no sólo con mentiras sino con plomo en las alas. Entre las 47 empresas invitadas a participar en la licitación no están ExxonMobil ni ConocoPhillips, dos de las petroleras con mayor tecnología y experiencia en estos proyectos. Además, muy pocas (por no decir, ninguna) de las 47 invitadas cuenta con el capital, la experiencia y la tecnología necesarias para desarrollar un bloque de esta envergadura.

Otro problema es que resulta muy difícil que un inversor racional arriesgue tanto capital en un proyecto donde tendría una participación del 40% o inferior. Mucho menos si no tiene el control de la gestión operativa, factor crítico para asegurar el rendimiento del capital. Además, los inversores tampoco arriesgarán su capital sin tener garantías jurídicas internacionales, sobre todo después del mal precedente sufrido por ExxonMobil y ConocoPhillips. Esas petroleras abandonaron el año pasado sus inversiones en Venezuela, después de que el Gobierno les cambiara las reglas

Quizás las empresas están dispuestas a participar en el proceso de licitación hasta mayo de 2009, cuando se darán a conocer los ganadores. Esa estrategia sería sensata y se sustentaría en la tesis de que 2009 será un año difícil económicamente para Venezuela, por lo que Chávez y Ramírez estarán más proclives a ceder en sus rígidas posiciones.

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