Finalizado el tiempo de las promesas, se puso a trabajar el nuevo presidente argentino Néstor Kirchner. Habló con varios de los presidentes que concurrieron al acto de asunción, de sus inmediatos planes de trabajo y a otros solicitó puntuales consejos. Tal, el caso del presidente del Uruguay, Jorge Batlle, quien fue recibido por Kirchner a la mañana siguiente a su investidura y la charla, fijada por el protocolo en veinte minutos se fue exactamente al doble. La entrevista tuvo como tema central las consultas formuladas por el presidente, el canciller y el vicecanciller argentinos, sobre los mecanismos ideados por Uruguay con relación a la reprogramación de su deuda pública, que acaba de ser concretada de manera exitosa. Este ha sido un tema cuidadosamente tratado por Uruguay, que no ha dejado de cumplir con su deuda externa. Se sabía que este asunto iba a estar sobre el tapete, ya que Argentina está en default y pronto comenzará negociaciones con sus acreedores. El presidente uruguayo informó a su par argentino sobre los mecanismos concebidos para realizar el canje de vencimientos de deuda. Batlle reveló que: “Los presidentes nos preguntaron, e incluso nos pidieron memorandum de nuestros economistas, sobre la forma en que habíamos alcanzado exitosamente la conversión de la deuda”. Debe señalarse que ha sido reconocido el esfuerzo hecho por Uruguay en este sentido.
El Mercosur fue otro de los temas de la agenda entre los presidentes platenses, quienes coincidieron en que “llegó la hora de actuar el bloque”, a los efectos de avanzar en las negociaciones “cuatro más uno” con Estados Unidos y la Unión Europea. Finalmente, se consideró la construcción del puente que unirá a las ciudades de Buenos Aires y Colonia. Kirchner, que es originario de la sureña Santa Cruz, estimó que este puente será esencial en la reactivación del sur argentino. Ambos mandatarios estuvieron de acuerdo en la importancia que tendrá tanto para el Mercosur como para la región y, en este sentido, analizaron la necesidad de que Chile y Brasil, se involucren en esta obra. Batlle dijo tras sus contactos con Kirchner (“un joven presidente con sentido práctico”) y con el presidente del Brasil, que sirvieron para considerar temas concretos de la realidad de los tres países.
Ha iniciado su carrera hacia las elecciones primarias de su partido y, luego, hacia las presidenciales del 2004, una de las figuras más carismáticas del Partido Nacional o Blanco, centrista y liberal: Sergio Abreu. Antiguo canciller del gobierno del presidente Lacalle, Abreu es considerado el arquitecto del Mercosur. Fue senador y, hasta hace pocos meses, en el gobierno de coalición, se desempeñó como Ministro de Industrias.
Sergio Abreu acaba de inaugurar esta semana su sede en la emblemática calle Constituyente, con el lema de “Reconstrucción Nacionalista”, convirtiéndose así en el primer aspirante a la presidencia uruguaya. En este acto hizo referencia a ilustres personalidades del Partido Nacional, como el Dr. Washington Beltrán (quien fuera presidente del Consejo de Gobierno, equivalente en su tiempo a la presidencia de la República) y a su hermano, Enrique Beltrán, legislador de larga trayectoria y actualmente codirector del diario El País de Montevideo, quien estaba en primera fila. A la sombra de ambos se desarrolló la intensa carrera de Sergio Abreu, abogado especializado en temas comerciales y económicos, y quien ya fuera candidato a la vicepresidencia de la República integrando la fórmula con el ex presidente Lacalle en las pasadas elecciones, ganadas en el ballotrage por Jorge Batlle.
Sergio Abreu definió como esenciales los temas de la producción y el empleo. Y en el mencionado acto, arropado por altos dirigentes del partido Nacional o Blanco y un mar de gente, señaló que encabeza “una columna de esperanza dirigida a aquellos que quieren creer, quieren ganar, quieren tener un hogar para sus hijos y libertad para poder discrepar sin agraviar y sin sentirse discriminados”.
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