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Rubén Osuna

Roma no paga traidores

La victoria del PSOE se debe al éxito de la asociación de la segunda guerra de Irak y el atentado terrorista del 11 de marzo (cuyas circunstancias aún desconocemos casi por completo). Zapatero ha cometido el error de hacer pública su intención de repatriar las tropas de Irak después de las elecciones: es como tratar de nadar con una piedra al cuello (la promesa previa) y echarse otra.
 
Poco a poco Zapatero descubrirá la trampa infernal que supuso el atentado, y en la que está atrapado. Siempre cabrá la duda de hasta qué punto su victoria es producto de un chantaje terrorista. Es triste que un pueblo se deje llevar por el miedo como lo hemos hecho nosotros, y haga el ridículo ante todo el mundo víctima de un ataque histérico de pánico.
 
Estoy convencido de que la causa última de la alianza de España con Estados Unidos está en el único eje posible de la política exterior española a medio y largo plazo: la creciente amenaza marroquí. Traicionar a Estados Unidos ahora a la vista de todo el mundo nos deja expuestos ante esa amenaza y destroza totalmente toda orientación racional de nuestra política exterior. Es más, quienes se enfrentaron en su momento frontalmente a Estados Unidos tampoco querrán saber nada de nosotros en el futuro. Roma no paga traidores.
 
Retirando las tropas de pacificación de Irak, cosa que Zapatero tratará por todos los medios de evitar, estaremos diciendo a los terroristas (unos y otros) que los chantajes funcionan con el pueblo español, que somos incapaces de comprender y enfrentarnos a los problemas, que la cobardía es en nosotros patológica y que somos, como país, unos peleles en los que no se puede confiar. Y para romper la cadena de Occidente golpearán, no quepa duda, el eslabón más débil. Una y otra vez. Hasta romperlo por completo. Nos esperan cuatro años de humillaciones y agresiones, que tendremos que sufrir en solitario, pues de nuestros aliados potenciales sólo recibiremos desprecio. No quiero pensar en la situación que se crearía si el Rey de Marruecos decide aprovechar la ocasión, ni en la sobreexcitación tiburonesca de quienes quieren destruir España desde dentro ante la contemplación de un pueblo amnésico, fraccionado y acobardado.
 
Lo puedo decir más claro: estamos a merced de nuestros enemigos, interiores y exteriores, totalmente entregados y solos. Pero, ¿cómo va Zapatero a deslegitimar su victoria asumiendo la política exterior de Aznar y haciendo patente su uso miserable de una masacre brutal para ganar unas elecciones? La verdad es que no se cómo, pero no tiene otra salida.
 

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