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Santiago Navajas

Andalucía, franquista

Sí, hay un plan para acabar con el sistema educativo andaluz, solo que está diseñado por la propia Junta de Andalucía.

Sí, hay un plan para acabar con el sistema educativo andaluz, solo que está diseñado por la propia Junta de Andalucía.
canalsur.es

Una de las campañas de publicidad de Manuel Chaves cuando era presidente de la Junta proclamaba: "Andalucía, imparable". Más de diez años después, Chaves está procesado por un delito de prevaricación y Andalucía es el farolillo rojo en el índice PISA de calidad educativa. Pero las autoridades socialistas andaluzas rápidamente han detectado cuál es la causa de los malos resultados: "El franquismo sigue doliendo", ha argumentado en Twitter uno de sus dirigentes. Por otra parte, el consejero de Economía ha apuntado que las críticas se deben a "un plan para atacar el sistema educativo andaluz". Todo cuadra: Franco y una conspiración. Aunque la archiconocida "judeo-masónica" ahora será, para las paranoicas mentes socialistas, más bien "neoliberal" que "marxista".

Entre Andalucía y Castilla y León hay una distancia de 43 puntos en el Informe PISA, lo que significa en términos pedagógicos que los alumnos del norte tienen una ventaja de un curso y medio sobre los del sur. Dado que también tuvieron que soportar los castellano-leoneses a Franco, no debe de explicar la diferencia ni la "herencia recibida" franquista ni conspiraciones delirantes, sino simplemente que el gobierno castellano ha implementado medidas encaminadas a mejorar la educación en lugar de usar el sistema educativo para adoctrinar a los estudiantes y como instrumento de lucha contra el gobierno central cuando ha estado en manos del PP. Una medida como la de Castilla y León por la que los profesores de la pública daban clases a los alumnos suspensos durante el mes de julio sería impensable en una región dominada por políticos incompetentes, padres antideberes, alumnos abonados a cualquier huelga y profesores reacios a ser evaluados.

Precisamente en estos días ha publicado la Junta de Andalucía un Plan de éxito educativo 2016-2020. En el texto se destaca que "la clave reside, no en la selección sino en ofrecer oportunidades reales de éxito a todo el alumnado", lo que en la neolengua pedagógica de la Consejería de Educación significa que no se va a plantear ninguna medida para hacer una evaluación rigurosa y exigente (las satanizadas reválidas), a diferencia de lo que sucede en los líderes educativos del mundo, de Singapur a Estonia pasando por China o Japón, donde se practican "modelos educativos basados en la selección del alumnado, en la elección precoz de itinerarios", que son explícitamente rechazados por el documento andaluz con el argumento, falso, de que se deja atrás a un gran número de alumnos. Por otra parte, se seguirá presionando a los profesores para que aprueben al mayor número posible de alumnos a despecho de sus conocimientos, su actitud y sus habilidades.

El sometimiento del sistema educativo a una ideología socialista tan obsoleta como sectaria se pone de manifiesto en otro párrafo:

No se persigue en este modelo una tipología de persona que únicamente se adapte a las tendencias sociales o de mercado, sino que, muy al contrario, sea capaz de tomar iniciativas propias, crear y participar desde la promoción de la igualdad en todos los campos.

Donde ese "muy al contrario" revela la incapacidad de la Junta ahora presidida por Susana Díaz, que tardó diez años en terminar la carrera de Derecho, para comprender que en los países que lideran el Informe PISA se tiene muy presente que no hay ninguna contradicción entre la adaptación del sistema educativo a las necesidades laborales, "muy al contrario", y la formación como personas y ciudadanos críticos, innovadores y creativos, ya sea en la promoción de la igualdad o, siempre se olvidan los socialistas del principal valor político, la libertad. Es la diferencia que hay, por ejemplo, entre Pablo Iglesias (pasado o presente) y Amancio Ortega o Bill Gates, grandes empresarios con vocación filantrópica. Como muestra del sectarismo con el que desde la Junta se manipula la educación en Andalucía cabe destacar que uno de los premios pedagógicos oficiales a la igualdad de género lleva el nombre de alguien tan señalado por su ejemplaridad política como por su grandeza feminista como… ¿Clara Campoamor? No, claro: Rosa Regás.

El descalabro educativo de Andalucía se debe a una mentalidad igualitarista que pretende que no haya excelencia, ni que nadie destaque más allá de una media mediocre y vulgar. Lo que lleva a que el sistema andaluz pedagógico se fundamente en la premisa de "Antes mediocres pero iguales que excelentes aunque con diversidad". Sí, el franquismo sigue doliendo en Andalucía, sólo que ahora está encarnado en las élites extractivas socialistas de la Junta, que han mantenido a la comunidad en los últimos puestos de todas las clasificaciones. Sí, hay un plan para acabar con el sistema educativo andaluz, solo que está diseñado por la propia Junta de Andalucía. Y sí, imparables, pero hacia el fondo.

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