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Saúl Pérez Lozano

Relajo político

La dirigencia opositora sigue bailando al ritmo que le impone el neoimperialista y así la lleva al matadero, incluyendo el oscuro referendo revocatorio presidencial que terminó en una vulgar manipulación con la complicidad del Centro Carter.

La Gran Enciclopedia Espasa define el vocablo relajo como 1) Desorden, falta de seriedad, barullo; 2) Holganza, laxitud; 3) Degradación de costumbres. Avergüenza, pero es ese el devenir de esta parodia de democracia venezolana que, a la vez, prepara una parodia electoral en diciembre.

No puede haber democracia en un país donde los partidos políticos no son su esencia y sostén. Se habla de líderes, de candidatos. Porque ni los mandantes, con todo el poder del hombre más rico de Venezuela, el neoimperialista Hugo Chávez, cuentan con una estructura partidista sólida entre el chiripero de partidos que le dan su apoyo. ¿O será a la inversa?

El partido insignia del chavismo, el Movimiento V República, es una amorfia sin ideología ni contenido político y la autoridad está en manos militares, es un aluvión incontrolado que nada aporta a su líder y en el que a sus dirigentes sólo les importa el afán crematístico, reír los malos chistes de Chávez o que éste les dé una palmadita en el hombro. El otro partido, Patria para Todos, se inclina más por la calidad que la cantidad de sus miembros y hasta cierto punto tiene más poder efectivo que el mismo MVR. El PPT controla los brazos de la industria petrolera y la política internacional, el Ministerio de Educación está en sus manos y también la sanidad.

En un enjundioso análisis que hace el politólogo Carlos Blanco puntualiza: "Mientras el MVR le da palo a la piñata, el PPT recoge cuidadosamente los caramelos y los juguetes. Partido de cuadros y partido de masas en disputa. Leninismo puro".

En la dirección opositora diríamos que el escenario es peor, pues Chávez los minimizó desde su demoledora campaña electoral de 1998 frente a la multitud delirante e irracional de toda una sociedad. De ellos sólo quedan fragmentos y los nuevos no pasan de grupúsculos. Y para ponerle más salsa a este guiso hace su aparición un humorista de nombre Benjamín Rausseo, artísticamente conocido como "El conde del Guácharo". Guácharo es el nombre de una ave que habita en cavernas. Desde hace meses se rumoreaba su postulación y apareció, intempestivamente. De extracción popular, devino en exitoso empresario, su humorismo escatológico y soez no es de mi agrado; sin embargo, ha alborotado el frustrante cotarro político.

Sobre su candidatura abundan las especulaciones. Para unos es parte de un sainete del gobierno y connotados personajes del régimen califican de ''seria'' su candidatura, que surge a escasos días de una primaria en la que se piensa elegir el ''candidato único'' de la oposición. ¿Coincidencia? La dirigencia opositora sigue bailando al ritmo que le impone el neoimperialista y así la lleva al matadero, incluyendo el oscuro referendo revocatorio presidencial que terminó en una vulgar manipulación con la complicidad del Centro Carter y el colombiano César Gaviria.

Rausseo no es agresivo, es crédulo. Como él no es tonto ni ingenuo, entonces, ¿qué hay en el fondo? ¿Piensan él y quienes con él están que pueden derrotar electoralmente a Chávez? ¿Creen factible una participación masiva bajo las condiciones con que el supuesto árbitro electoral piensa conducir los comicios? ¿Cómo Rausseo puede decir que va a las elecciones sin importar las condiciones?

¿Es genuina la ''ingenuidad'' de Rausseo? ¿Piensa que en el supuesto negado que gane las elecciones a Chávez, éste le permitirá acceder al poder? Rausseo, ¿es Chávez demócrata? ¿Puede un militar golpista creer en democracia? ¿Es democrático tener presos políticos y acosar a los medios de comunicación social, a los periodistas? ¿Y los muertos que ha dejado no tienen dolientes? Despierta, Rausseo, que no estás en el país de Alicia. Confieso que si éste es en definitiva nuestro futuro, si es que hay futuro, será tenebrosamente oscuro. ¡Pan y circo! No llores, Venezuela. Nosotros, nuestras familias, nuestros hijos, nuestros nietos lloraremos por ti.

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