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Stephen Schwartz

La sombra de Seattle

La sombra de Seattle cae mucho más pesadamente sobre toda comunidad judía de Estados Unidos que las estúpidas declaraciones de Mel Gibson.

Se ha observado por todas partes que mientras los críticos de toda América echan pestes de las chorradas antisemitas del actor Mel Gibson, la comentocraciaha tenido poco que decir acerca del ataque criminal del 28 de julio contra unas instalaciones de la comunidad judía de Seattle.

En ese despreciable incidente, Naveed Afzal Haq, de 30 años, secuestró a una adolescente de 13 y la utilizó para entrar en el edificio. A continuación agujereó las instalaciones a balazos, matando a Pamela Waechter, de 58 años, y dejando heridas a cinco personas más. Waechter había seguido un camino notorio en la vida, habiendo sido educada en la iglesia luterana y convirtiéndose después al judaísmo.

La información en los principales medios ha rebajado notablemente la importancia de este terrible incidente, lo que debería tomarse como llamada de atención para todos los norteamericanos, en especial los musulmanes norteamericanos.

Naveed Haq es de origen paquistaní, lo que señala una realidad desafortunada pero innegable: la comunidad musulmana americano-paquistaní sunní está dominada por la ideología islamista radical. Los clérigos paquistaníes de las mezquitas sunníes son famosos por sus enseñanzas fundamentalistas. Solamente en el área de Seattle, una mezquita sunní ha sido el escenario de conflicto sectario con los musulmanes chiíes iraquíes –una importación de retórica terrorista procedente del atormentado Irak–, según ha documentado el Centro del Pluralismo Islámico.

En la atrocidad del 28 de julio, el asesino acusado de Seattle, hoy bajo fianza de 50 millones de dólares, gritó acusaciones contra los judíos y se identificó como "un musulmán americano" que estaba "furioso con Israel". Naveed Haq ha sufrido una enfermedad mental visible desde el instituto. Si se demuestra que el acusado está mentalmente desequilibrado, culpar de su acto únicamente a la ideología islamista parece injusto en cierto sentido. El ambiente de Haq, sin embargo, indica que su inestabilidad bien puede haber sido exacerbada por su entorno. Haq vive en la zona de Tri-Cities, al sureste de Washington, y su padre, Mian Haq, es el fundador de una mezquita allí: el Centro Islámico de Tri-Cities, en Richland.

Pero el Centro Islámico de Tri-Cities y una propiedad asociada están afiliados al North American Islamic Trust (NAIT). El NAIT está controlado por la Sociedad Islámica de Norteamérica(la ISNA), y la ISNA es uno de los brazos de los clérigos wahabíes ultra-fundamentalistas y de la administración estatal religiosa de Arabia Saudí. Los saudíes-wahabíes continúan siendo los principales financieros del terrorismo en Occidente y en el mundo musulmán. Son los inspiradores de al-Qaeda. Para ellos, incluso Hezbolá es enemigo porque odian a los musulmanes chiíes tanto o más que a los judíos y a los cristianos, por más increíble que pueda parecer.

Un representante del Centro Islámico de Tri-Cities acudió presto a condenar el ataque de Seattle y a ofrecer sus condolencias a las víctimas. Pero nadie de la mezquita NAIT de Richland se ha preguntado aún si la atmósfera de corrosivo ataque a los judíos en el Centro Islámico no podría haber estimulado a Haq a pasar a la acción.

Se diría además que una congregación religiosa debería haber hecho más por llegar y asistir al hijo de una de sus fundadores cuando el joven presentaba problemas mentales. Pero el Centro Islámico de Tri-Cities, si es la mezquita NAIT típica que da servicio a los americano-paquistaníes fundamentalistas, probablemente haya estado más ocupada con la agitación y la incitación que con asistir a los miembros de su comunidad a la hora de prestar la ayuda que puedan necesitar. No hay que dejar tampoco de pensar que las enseñanzas islamistas radicales pueden encontrar audiencia en la mano de obra de la instalación nuclear de Hanford, principal fuente de empleo en Richland, que da trabajo a numerosos ingenieros paquistaníes.

La sombra de Seattle cae mucho más pesadamente sobre toda comunidad judía de Estados Unidos que las estúpidas declaraciones de Mel Gibson, porque ha dejado innegablemente claro que entre los musulmanes norteamericanos existe un potencial serio de crímenes de odio. Los musulmanes moderados tienen que estar en primera fila de la lucha encaminada a extirpar esta tendencia, que pone en peligro a judíos, a musulmanes moderados y al resto de los estadounidenses por igual. Los musulmanes moderados, comunes y tradicionales que rechazan el fundamentalismo deben permanecer firmes en la defensa de la comunidad judía americana en este momento. La sombra de Seattle tiene que escampar, y la luz del día americana restaurarse en las relaciones interreligiosas.

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