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Vicente Azpitarte

Messi no es Maradona

Leo Messi consiguió ser el mejor jugador del mundo en un ecosistema en el que Guardiola y Tito eran sus hacedores. Sin embargo, con su selección, con problemas físicos continuos y con deudas, se convierte en un jugador mundano.

El actual 10 de Argentina, en un cruel desenlace del destino, tuvo la oportunidad de mandar a su selección a los penaltis con una falta postrera. La paró el Corcovado. Leo Messi consiguió ser el mejor jugador del mundo en un ecosistema en el que Guardiola y Tito eran sus hacedores. Sin embargo, con su selección, con problemas físicos continuos y con deudas, se convierte en un jugador mundano. Argentina dependió de él y Leo no apareció.

Se impuso el fútbol total de Alemania, nada de "tikitaken" ni horteradas similares, los germanos han sido la mejor y más completa selección en un Mundial en el que salvo el día de Mineirao (el del 1-7 a Brasil) ningún equipo nacional ha brillado como para merecer el título por calidad. Los tiempos cambian y del juego de toque tedioso, hemos pasado a la intensidad hasta el minuto 120. Los preparadores físicos saltan a escena y se convierten en protagonistas de una nueva modalidad atlética: el fútbol. Este Mundial sólo podía terminar en una final con prórroga y penaltis.

Dos jugadores han destacado en Brasil, uno por finalista: Mascherano y Kroos. El del Barça, siempre incómodo en el puesto de central, ha dejado claro que tiene calidad suficiente para sentar a Busquets en el Camp Nou. Tras un letargo de dos años, "El jefecito" lanza un mensaje directo a su nuevo entrenador. Kroos, demostrando que el blanco le sienta bien, nos enseñó su capacidad para liderar a un gran equipo durante todo el Mundial. Es difícil comprender los motivos que hacen que el Bayern permita su venta. Entender su precio es una quimera.

Y todo esto en una cita en la que muchos teníamos depositadas nuestras esperanzas en los diferentes avances tecnológicos. Ni "el ojo de halcón" para los goles, ni los tiempos muertos, ni el uso del spray en las faltas, han sido decisivos. Pero son avances que nos permiten extraer una conclusión: era importante implantarlos y no desvirtúan el juego. Aunque, sin duda, la delgada línea blanca que separaba la barrera del bochornoso avance de la defensa, se antoja como interesante en la próxima temporada liguera.

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