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Víctor Cheretski

Crecen las tendencias militaristas

En su afán por recuperar el poderío militar de la antigua Unión Soviética, el presidente ruso, Vladímir Putin, está dispuesto a movilizar todos los recursos del país. Con este propósito recurre a los antiguos métodos de la época comunista. Una de sus últimas iniciativas ha sido la creación del Fondo Nacional Militar, bajo el patrocinio del patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Aleksy II. Esta medida, según los observadores, reproduce, al cien por cien, la que utilizó en su tiempo el dictador comunista Iósif Stalin. En los años de la Segunda Guerra Mundial, Stalin, a pesar de su radical ateismo, también se dirigió a la Iglesia y pudo recaudar, por su mediación, enormes fondos para el Ejército Rojo. Todo gracias a las donaciones voluntarias y no tan voluntarias de la población.

Como actualmente no hay guerras, ni un verdadero peligro para la soberanía de Rusia, Putin está obligado a acompañar sus planes con una amplia campaña propagandística que intenta persuadir a los rusos de que están acosados por los enemigos del mundo entero. Y en esta campaña, el mejor aliado de Putin es el patriarca.

En una rueda de prensa celebrada el pasado jueves en su sede oficial, el monasterio de San Daniel, en Moscú, Aleksy II habló de sus actividades personales para “cumplir con la voluntad” del jefe de la nación. En pocas semanas ha escrito más de cien cartas pidiendo dinero a entidades financieras e industriales privadas. Esto ha permitido recoger las primeras donaciones. En la cuenta del Fondo hay actualmente más de 100 millones de dólares. “De aquí a fin del año conseguiremos cinco veces más, tal y como nos pide el presidente”, informó el patriarca. Para él, la recaudación de medios para el Ejército es “tarea sagrada” ya que los “guerreros ortodoxos están destinados al martirio en defensa de su fe y de su patria”.

Por supuesto, la actitud del patriarca ha sido decisiva para el cumplimiento de los planes de Putin, ya que ningún empresario ruso puede negar su dinero al máximo líder espiritual. Aleksy II llamó también a los musulmanes, budistas y judíos de Rusia a participar en la campaña nacional de recogida de fondos para las Fuerzas Armadas, porque se trata de un “deber patriótico”.

Mientras tanto, los párrocos ortodoxos empiezan también a obtener fondos de sus fieles. “Los rusos actualmente no son muy ricos, confesó el patriarca, pero están dispuestos a entregarnos lo último que les queda para proteger a su nación contra los peligros a los que está sometida en el mundo”.

Oficialmente, el dinero recogido será utilizado con fines logísticos: la construcción de casas-cuarteles para los militares, hospitales y centros de recuperación para los heridos en combate. Los fondos se dedicarán también a pagar pensiones y a todo tipo de subsidios para los antiguos miembros del Ejército.

Todo esto, según los analistas, permitirá al gobierno de Putin concentrar los recursos del Estado para realizar sus amplios y muy costosos planes de rearme y modernización de sus Fuerzas Armadas.

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