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Víctor Cheretski

El Chelsea, fuera del peligro

La detención del “oligarca” ruso-judío Jodorkovski, propietario de la petrolera “Yukos”, ha engendrado especulaciones alarmistas sobre el tema ruso, como si fuese un evento sorpresa que nadie esperaba. No obstante, en el contexto de la situación política en Rusia, ha sido un hecho muy previsible desde hace mucho tiempo.
 
Libertad Digital intenta explicar esta situación en todos sus comentarios dedicados a Rusia. Por eso ahora nos limitamos a reiterar que el presidente Putin, cuyo propósito es recuperar el poderío imperial de su país, seguirá con la política de control sobre las principales fuentes de divisas, o sea, materias primas rusas, especialmente el petróleo. Además, no tiene otra solución para alcanzar sus propósitos. Necesita dinero, pero la mayoría de los oligarcas “chorizos” (que se hicieron con las principales riquezas de Rusia a base de la corrupción en la época paranoica de Yeltsin) no pagan impuestos y desvían sus ganancias al extranjero.
 
Mientras tanto, en el contexto del “caso Jodorkovski” surgen todo tipo de rumores incluso sobre el futuro del club inglés “Chelsea”, propiedad de otro “oligarca” ruso-judío, Román Abramovich. Se comenta que ciertos futbolistas se niegan a firmar contratos con este club por miedo a que Abramovich vaya a compartir el destino de Jodorkovski.
 
Todo puede pasar en esta vida. Pero, por el momento, Abramovich, propietario de “Sibneft”, no corre ningún peligro. Primero, no está perseguido por las autoridades y mantiene con ellas buenas relaciones. Y es que el propósito de Putin no es fulminar a los oligarcas sino someterles a su control personal. Al parecer, Abramovich no se opone a este propósito del mandatario.
 
Segundo, Abramovich pertenece a la nueva “nomenclatura” rusa y fue elegido gobernador de la región de Chukotka (Oriente Lejano). Así que goza de inmunidad parlamentaria, siendo también miembro de la cámara alta rusa. En el peor de los casos, puede emigrar a Occidente donde tiene bienes inmobiliarios y una parte de su inmenso capital, valorado en unos 5.000 millones de dólares.
 
Otra ingenuidad que aparece en los medios de comunicación como consecuencia del “caso Jodorkovski” son los rumores de que éste puede convertirse en un importante rival de Putin en las elecciones presidenciales. No será nunca. Primero, porque Jodorkovski no tiene ninguna experiencia política. Segundo, el pueblo odia a los oligarcas y uno de los motivos de la detención de Jodarkovski es precisamente complacer al pueblo. Y por último, en un país de tradición antisemita, un judío nunca será elegido como jefe de Estado.
 
Tampoco tienen base alguna los rumores de que la compañía Yukos puede caer en manos de los estadounidenses. El mero hecho de que el sucesor de Jodorkovski, Semion Kukes, también de procedencia ruso-judía, tenga pasaporte americano, no dice nada. Además, él mismo declaró que no pretende unirse con ninguna empresa extranjera y seguirá su política de alianzas con petroleras nacionales, especialmente Sibneft de Abramovich. El Kremlin espera que sea un “buen chico”.

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