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Víctor Cheretski

El tesoro de Al Qaeda

Tras un año de intensas investigaciones, los servicios secretos de Estados Unidos y de Rusia han llegado a conocer, con bastante detalle, la trama de oro y diamantes de Al Qaeda. Es de recordar que la red terrorista internacional recurrió a los metales y piedras preciosas tras ver amenazado su sistema de financiación bancaria.

Hace más o menos un año se conoció que el tesoro de Osama ben Laden procedía de Sierra Leona. El principal intermediario entre la red y los vendedores locales ha sido el senegalés Ibrahim Ba, antiguo combatiente de Afganistán y miembro del Hezbolá libanés. También participó en un motín en Senegal y fue instructor en un campamento militar de Libia, donde se entrenaban los terroristas internacionales y donde conoció al actual presidente liberiano, Charles Taylor. Según “The Washington Post”, Ba reside en Burkina Faso y se dedica oficialmente a la venta de coches. Se mueve entre la numerosa comunidad chií libanesa (unas 120.000 personas) en los países de África Occidental, especialmente en Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Burkina Faso y Togo.

El senegalés mantiene los contactos con Al Qaeda a través de Abdulá Ahmed Abdulá, uno de los lugartenientes de Ben Laden. La primera operación de compra-venta de diamantes fue realizada en 1998 por valor de 100.000 dólares. Los emisarios de Al Qaeda, Ahmed Halfan Gailani y Fazul Abdulá Mohamed, compraron las piedras preciosas a uno de los señores de la guerra, el sierraleonés Sam Bokari, alias “el mosquito”. La CIA considera que Gailani resultó muerto recientemente en la región afgana de Kandahar, mientras el actual paradero de Mohamed no se conoce.

Las transacciones posteriores se realizaron, siempre con la mediación de Ba, entre Al Qaeda y dos traficantes libaneses, Aziz Nazur y su primo Samih Osaili, propietarios de la empresa “ASA Diam” con sede en Amberes. Osaili se encuentra desde el pasado mes de abril en una cárcel belga, mientras Nazur ha logrado refugiarse en Beirut. Los primos tenían una oficina en la capital liberiana Monrovia, decorada, según testigos, con numerosos retratos de Ben Laden.

Para conseguir diamantes, los libaneses tenían que suministrar, a veces, armas a sus clientes africanos. Así fue en enero de 2001. Compraron armas –fusiles de alta precisión, lanzagranadas, municiones y aparatos de visión nocturna - a la empresa búlgara “Nataco Holding PLC” y al ejército nicaragüense. Por su parte, Hibrahim Ba, para legalizar la compra, consiguió un falso certificado del ministerio de Defensa de Costa de Marfil, como presunto comprador de armas.

En los últimos años, Al Qaeda se hizo con una cantidad de oro y diamantes por valor de millones de dólares. Este tesoro, al parecer, hasta hace poco se encontraba en Afganistán. Tras el comienzo de la operación antiterrorista fue trasladado a Paquistán y luego a un lugar desconocido de África. El traslado aéreo fue realizado por los hombres del todopoderoso traficante ruso-ucraniano, relacionado con la mafia internacional y los servicios secretos rusos, Víctor But. Su actual paradero puede ser Oriente Medio o África Central, donde posee de una red de empresas de aviación.

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