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Víctor Cheretski

La fortuna de Milosevic

La fortuna personal del antiguo presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, puede ser de hasta 5.000 millones de dólares (unos 950.000 millones de pesetas), según los datos de la policía suiza publicados recientemente por el periódico italiano “Corriere della Sera”. No hay duda sobre la procedencia de esta inmensa fortuna. Se trata de dinero robado al pueblo yugoslavo. Al parecer, el mandatario serbio aprovechó el caos en la economía del país y la difícil situación política, durante la guerra en Bosnia, para aumentar sus fondos personales. Así, en 1992, cuando Milosevic se hizo con el control de las finanzas del país, unos mil millones de dólares “desaparecieron” de los fondos públicos sin dejar huella.

Otra gran fuente de recursos para la fortuna del presidente fue el comercio exterior de Yugoslavia, especialmente con Rusia. Su hermano Borislav, embajador en Moscú, controlaba este negocio. Así, el precio de cualquier barril de petróleo o metro cúbico de gas natural comprado en Rusia incluía un “impuesto especial” para el presidente. Según el mismo periódico italiano, Borislav, con el beneplácito de su hermano, se dedicaba también al contrabando de armas rusas. Las armas, compradas oficialmente por Belgrado, iban a terceros países, especialmente donde había conflictos bélicos y donde estaba prohibido vender cualquier tipo de material bélico.

En la misma época de los noventa, Milosevic estaba estrechamente ligado con un grupo de políticos serbios en Bosnia, sobre todo con el tristemente conocido criminal de guerra Radovan Karadjic. Se supone que los beneficios de los lucrativos negocios de armas, petróleo, cigarillos y bebidas alcohólicas controlados por Karadjic en los tiempos de la guerra, eran compartidos entre los dos personajes.

Milosevic creó un sofisticado sistema para sacar el dinero de Yugoslavia y blanquearlo en otros países. Dos hermanos, antiguos músicos callejeros, Dragomir y Bogoliub Karic, convertidos por Milosevic en sus banqueros de confianza, operaban en la bolsa suiza. Los mismos “banqueros” tenían también grandes negocios en Rusia y hasta financiaban el equipo de hokey del famoso “Spartak”. Se sospecha que dinero de Milosevic, unos 100 millones de dólares, está en cuentas suizas -actualmente congeladas- a nombre de unos testaferros. Al blanqueo de dinero se dedicaban también sus empresas ficticias registradas en Chipre, en la isla de Jersey, Austria, Grecia y Rusia. Pero ¿cómo es posible que Milosevic sea tan hábil a la hora de ocultar sus capitales? Muy sencillo: tiene mucha experiencia. En los años 60-70 era director de un banco yugoslavo.

Mientras tanto, el mandatario serbio siempre ha intentado demostrar al pueblo su austeridad. En Yugoslavia no tiene bienes inmuebles, sólo una vieja casa heredada de sus padres en la ciudad de Podjarevac. En Belgrado vivía en una residencia oficial y, al salir de la misma días atrás, acabó en un apartamento calamitoso de su propiedad (o de su mujer) al que –según se quejaba él mismo- no le funciona ni el agua caliente. Pero, fuera de Yugoslavia, sí que podría ser proprietario de viviendas. Antes de ser perseguido por el Tribunal Internacional de la Haya, Milosevic pasaba las vacaciones de verano en una enorme villa en la costa mediterránea de Grecia. Según algunas fuentes, esta villa puede ser propiedad del presidente, que ahora no puede utilizarla por razones de su seguridad personal.

Mientras tanto, sus hijos sí que mueven grandes negocios legales. La hija mayor, María, de 35 años, posee una cadena de televisión y una radio privada, que están bien financiadas por hombres de negocios próximos al régimen. El hijo, Marco, un “playboy” de 27 años, es proprietario de una colección de coches deportivos. Le pertenecen varias tiendas de moda en Belgrado, así como una gran panadería en Podjarevac y un parque de atracciones. La mujer de Milosevic, Mira Marcovic, es autora de una enorme cantidad de estudios políticos y sociológicos. A pesar de su dudoso valor científico, siempre han sido muy bien remunerados.

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