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Víctor Cheretski

La guerra y la corrupción

Los últimos atentados en Moscú que costaron la vida a 18 personas nos hacen dudar una vez más de la capacidad de Moscú de poner fin al terrorismo checheno. Los mismos rusos se preguntan también cómo el “padre” Stalin pudo poner fin a la disidencia chechena en un día, concretamente el 23 de febrero de 1944, y los líderes de hoy no han sido capaces de hacerlo en 10 años. El periódico moscovita “Sobesédnik” (el interlocutor) da su propia explicación de los hechos. Según el rotativo, hay fuerzas que no están interesadas en que se acabe la guerra: aprovechan el conflicto para llenarse los bolsillos con el dinero procedente de los fondos del Estado.

En 1995 en Chechenia hubo 12 distritos administrativos. Y en día, son 18. Uno de los distritos recién aparecidos en el mapa es de Galanchói, en las montañas del sur de la república. Según “Sobesédnik”, su población es de 10 personas. No obstante, el distrito, como cualquier núcleo administrativo en Rusia, tiene su aparato burocrático, su consejo de municipio, sus diputados, su policía, su fiscalía, su sistema sanitario etc. Pero, en caso de Galanchói todo esto existe solo en el papel aunque el presupuesto es de verdad y se distribuye entre los altos funcionarios chechenos y rusos.

El Presidente Putin no para de hablar del dinero que manda a Chechenia para la reconstrucción de lo que fue devastado por la guerra. El año pasado se gastó en la llamada reconstrucción más de 100 millones de dólares. El rotativo moscovita señala que el gordo de este importe fue robado por los funcionarios locales porque la inversión no se nota en absoluto en la zona. “No se nota porque los terroristas suelen destruir todo lo que nosotros estamos edificando”, dicen los corruptos. Además, cada día gastan cantidades astronómicas en “reparar” redes eléctricas, suministro de agua y gas, tras presuntos ataques terroristas.

Mientras tanto, “Sobesédnik” asegura que el atentado del año pasado contra la sede del gobierno checheno proruso en la capital Grozni fue utilizado por los funcionarios para deshacerse de los archivos financieros. Había cosas que ocultar. Por ejemplo, la población actual de Chechenia es de 500.000 habitantes, pero la república recibe la financiación y ayudas para más de un millón de personas.

El petróleo checheno es también objeto del robo constante. El año pasado lo vendieron al extranjero y ganaron 137 millones de dólares. El precio declarado por la empresa petrolera rusa fue de 11 dólares por barril. El precio en el mercado internacional fue de casi 26. ¿Quién se ha quedado con la diferencia? Nadie sabe. Hay también 18.000 tonelados de crudo que “se perdieron” no se sabe cómo, según las estadísticas oficiales.

Los policías y los militares tampoco pierden la oportunidad para ganarse la vida. Cobran a los chechenos por pasar los puestos de control en las carreteras de la zona. En general, hay más de 100 puestos. “Sobesédnik” asegura que cada policía gana al mes con este tipo de “impuesto revolucionario” unos 3.000 dólares, mientras su salario oficial es de 200. Por supuesto, tampoco están interesados en que se les acabe el “chollo” de la guerra.

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