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Víctor Cheretski

Nace la “Internacional patriótica” de Yirinovski

El extravagante político ruso, Vladímir Yirinovski, acaba de crear en Moscú un nuevo organismo internacional bautizado como la Internacional Patriótica. Además de su propio partido Liberal-demócrata, de corte ultra-nacionalista y xenófobo, en la Internacional participarán 29 organizaciones de 25 países, entre ellos Japón, Alemania, Francia, Finlandia, Chequia, Grecia, Suráfrica y Líbano. Yirinovski, que es también vicepresidente de la Duma, cámara baja del parlamento ruso, declaró a los participantes en la reunión inaugurativa que la humanidad entera estaba esperando con impaciencia la aparición de esta organización. Sus congresos anuales desde ahora tendrán lugar en Moscú cada tercer sábado del mes de febrero.

“Están creciendo con rápidez en el mundo las nuevas fuerzas políticas –los movimientos patrióticos, partidos y asociaciones para sustituir a los moribundos partidos democráticos, socialistas o comunistas, incapaces de satisfacer las esperanzas de la gente”, dijo Yirinovski. “Sólo la Internacional de los partidos patrióticos es capaz de oponerse al capital mundial que impone su voluntad al mundo entero”, añadió el folclórico líder.

Yirinovski, amigo del coronel Gadafi, de Sadam Husein, de los talibanes, de Milosevic, del ultranacionalista serbio Sheshel, del francés Le Pen, del austriaco Haider y de muchos otros parias de la política internacional, decidió crear un “movimiento patriótico universal” a principios de los 90. Su propósito siempre ha sido luchar contra lo que sus colaboradores catalogaban como el “complot judeo-masónico” en el mundo.

Las intervenciones de Yirinovski en la Duma, así como sus declaraciones anecdóticas a la prensa, sirven de mucho divertimento a los rusos. Es conocido su lema electoral: “¡A cada mujer, un hombre; a cada hombre, una botella de vodka!” Es también partidario de reconstruir el imperio ruso y de ampliar sus fronteras hasta el océano Indico. Yirinovski es enemigo jurado de Estados Unidos, de la “podrida democracia europea” y es partidario de restablecer la pena de muerte en Rusia. Pronostica la caída del dólar, del euro y la súbida del rublo ruso como moneda universal.

No obstante, le gusta viajar al extranjero y buscar tanto contactos entre los políticos occidentales como reconocimiento internacional. En 1996, tras las elecciones en España, me llamó su ayudante, Alexey Batagov, un antiguo compañero de periodismo, para preguntarme sobre el PP y su líder.

— ¿Este Aznar no es masón?

— Parece que no, contesté.

— El jefe (Yirinovski) piensa que debe ser un buen chico y buen patriota, no como aquellos socialistas. ¿No es cierto?

— Por supuesto.

— Entonces, qué te parece si le invitamos a participar en nuestra futura Internacional. Sabes, ya tenemos a mucha gente, todos de confianza… Sadam, Le Pen….

— Eso sí que me parece problemático, y es que el “patriotismo” de Aznar, al parecer, no llega a tal punto, –expliqué de la forma más diplomática.

Y así salvé al presidente del gobierno de las garras de Yirinovski y de la perspectiva de recibir invitaciones para participar en foros internacionales de carácter paranoico. Pero lo que no pude hacer es salvarle de la felicitación de Yirinovski con motivo de la victoria de su partido. Fue el primer político ruso que le mandó un telegrama en el que, entre otras cosas, elogiaba el patriotismo de Aznar y de su partido.

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