Rusia está dispuesta a combatir la "guerra de las galaxias" norteamericana y, de momento, sus autoridades militares vuelven a refrescar la memoria mundial con la que creíamos desaparecida Guerra Fría. El responsable de relaciones exteriores del Ministerio de Defensa ruso, el coronel-general Ivashov (en la foto), ha afirmado que Rusia tiene muy claro que el escudo antimisiles de EE UU no pretende defender a norteamérica de Iran, Irak o Corea del Norte, sino de Moscú. Pero, ¿cuánto hay de verdad en todo esto?De sobra se conoce que, en los tiempos de la guerra fría, la propaganda soviética no paraba de “avisarnos” del peligro que corríamos —los europeos— siendo aliados de Estados Unidos. “Sois rehenes de la política agresiva y aventurera de los americanos —repetían los del Kremlin— porque estáis en su primera línea de ataque” contra el mundo comunista.Luego “lamentaban” que el Estado bolchevique, para responder a un presunto ataque del “agresor”, estaría “obligado” a asestar un duro golpe a esta “primera línea”, o sea: a los europeos. Nos “recordaban” también, por si no lo sabíamos, que la población de Europa es muy densa y que nuestro continente podría convertirse, tras una “respuesta soviética provocada”, en un desierto.Este viejo chantaje nuclear, machacado durante las décadas 70 y 80, reapareció estos días en el discurso del responsable de relaciones exteriores del ministerio ruso de Defensa, coronel-general Leonid Ivashov. Calificó de “delirio” las declaraciones de los responsables estadounidenses de que el nuevo sistema de defensa estratégica esté dirigido contra Corea del Norte, Irán e Irak, ya que estos países “no tienen medios para atacar a Estados Unidos”. Para el general no cabe la menor duda de que el objetivo de la “guerra de las galaxias” es su país. Al referirse a los planes estadounidenses de conseguir la colaboración europea para su defensa estratégica, Ivashov advirtió de que la presencia en el continente de los “elementos de este sistema” obligará a Rusia a considerar a Europa Occidental como “primera línea” de ataque contra sus misiles. “Europa será utilizada por EE UU como un escudo para defender intereses americanos”, dijo. Washington pretende obtener una doble ventaja: conseguir una defensa lejos de sus fronteras, así como ahorrarse un dineral, ya que los “enormes gastos para construir un sistema parecido en Europa” procederán del bolsillo de los europeos.Así que el viejo mensaje amenazador ruso a Europa está resuscitando… Pero, esta vez, el general no se ha limitado a una advertencia. Los tiempos han cambiado y, por lo menos en teoría, ya no tenemos “guerra fría”. Quizá, por eso, el general habló de una “oferta” a los europeos. Dijo que Rusia acaba de elaborar “propuestas concretas para crear una defensa común europea no estratégica”. Estas propuestas serán entregadas al secretario general de la OTAN, George Robertson, durante su estancia en Moscú los próximos días 19-21 de febrero. Según Ivashov, el plan ruso prevé que los países europeos deben, en primer lugar, “valorar, de forma objetiva y real, la existencia de la amenaza de misiles". En la “valoración deben participar todos los países europeos interesados” por el asunto. “En caso de que el peligro exista o existiera en el futuro, habría que elaborar una serie de medidas conjuntas de carácter político y diplomático para neutralizarlo”. Si no hay manera de acabar con este peligro por métodos pacíficos, dijo el general, habrá que “construir un modelo de defensa europea no estratégica que, además, no será caro”. Un elemento de este sistema pueden ser “unidades especiales antimisiles móviles” con capacidad para ser desplegadas rápidamente en cualquier lugar del continente.Por otra parte, Ivashov advertió de que Rusia no está dispuesta a hacer concesiones a Estados Unidos en el tema de la defensa estratégica. Esto, al parecer, contradice las recientes promesas de la dirección política rusa, hechas a la “troika” europea, de iniciar “negociaciones constructivas” con Washington. El general señaló también que el sistema antimisiles estadounidense puede llevar al mundo a una nueva carrera armamentista, “mucho peor” que en los tiempos de la guerra fría.