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Víctor Llano

A Castro le sobran 100 millones de dólares

Después de apostarse 100 millones de dólares a que Cuba pagaría religiosamente todas las importaciones que le llegaran de Estados Unidos, Fidel Castro invitó a cenar a 700 empresarios estadounidenses. El coma-andante está que lo tira; con traje oscuro y corbata roja, hizo de amable anfitrión de los especuladores norteamericanos que, en representación de más de 288 compañías de 33 estados, viajaron a la isla para exponer sus mercancías en una feria de productos agrícolas que se celebró en La Habana en la penúltima semana del mes de septiembre.

La muestra sirvió para que el gobierno cubano adquiriera alimentos por valor de 90 millones de dólares. En el año 2000, el Congreso de Estados Unidos autorizó a las empresas de su país a vender víveres a Cuba siempre y cuando el pago de éstos se realizara en el momento de hacerse la operación. El gobierno de Fidel Castro, incapaz de cancelar sus deudas en Europa, ya ha pagado 140 millones de dólares por los pocos alimentos que ha comprado a su vecino del norte.

Los empresarios del Viejo Continente no salen de su asombro. Ayudaron a Barbatruco cuando más lo necesitaba y ahora ven imposible recuperar su dinero; dólares que les sirven a Castro para cruzar apuestas en las que se compromete a no engañar a los norteamericanos como engañó a los europeos. Sin embargo, más que la estrenada ludopatía de Castro, les costará entender las palabras de Felipe Pérez Roque. El destacado miembro del Partido Comunista Cubano y Ministro de Asuntos Exteriores de la isla, no dudó en afirmar que “obviamente aquí deben imperar las leyes del mercado y nosotros compraremos a quien oferte de manera más ventajosa”.

Si no causaran tanto sufrimiento sería para tomarlos a risa. Los socialistas revolucionarios de Cuba defienden ahora las leyes del mercado. Todo antes de correr el riesgo de que sus crímenes sean juzgados. Lástima que siempre encuentren a mercaderes que les ayudan a mantenerse en el poder y en la impunidad.

Aznar y los cubanos

El martes 1 de Octubre, el Partido Popular hizo público un comunicado por medio del cual José María Aznar, presidente del gobierno español, expresó su respaldo al Proyecto Varela y su deseo de que Cuba “disfrute en un futuro de una democracia normal y apacible”. A juicio de Aznar la iniciativa de Osvaldo Payá “quiere ir de la ley a la ley y piensa en el futuro de Cuba como expresión de los derechos humanos, del respeto y de la tolerancia”.

Como hacen casi todos los líderes europeos, Aznar aplaza para el porvenir la libertad de los isleños, tiempo éste que no espera llegue antes del muy esperado velorio. A pesar de hablar siempre de un futuro incierto, el presidente español aseguró que “cuando nosotros miramos a los cubanos nos vemos a nosotros mismos, porque todos somos un poco cubanos”.

De muy poco les sirve a éstos que Aznar se sienta uno de ellos. Puede irles con ese cuento a otros; no a los que en su propio país son explotados por los especuladores españoles, ni a todos aquellos a los que se les exige una visa de tránsito para hacer escala en Madrid y se les impide pedir asilo humanitario en España. José María Aznar haría bien en dejar de mirar a los cubanos y en hacer algo por ellos.

Candidato al Sajarov y premiado en Estados Unidos

El gobierno de Fidel Castro no permitió a Oswaldo Payá, presidente del Movimiento Cristiano de Liberación, viajar a Washington y recibir el premio de la democracia W. Averell Harriman que le concedió el Instituto Nacional Demócrata y que se entregó el lunes 30 de septiembre en la capital de Estados Unidos.
Radio Martí, que transmitió la ceremonia en directo, entrevistó a Payá, quien a través del teléfono dedicó su premio a los presos políticos cubanos y aseguró que, “hay miles de personas en Cuba que están compartiendo este momento de esperanza y de triunfo, no de un grupo, ni de un individuo, ni siquiera de la oposición, sino de todo el pueblo”.

Tres días antes de agradecer su galardón, Oswaldo Payá denunció que en la isla se había incrementado la represión contra los que no se conforman con sufrir la tiranía. El disidente cristiano añadió que “llevamos varios días sufriendo una intensísima ola de terrorismo oficial. En Palma Soriano han golpeado a varios ciudadanos y se han organizado varios actos de repudio, donde turbas dirigidas por policías de uniformes han golpeado a ciudadanos que pertenecen al Movimiento Cristiano de Liberación”. Payá aseguró también que,“se ha producido una secuencia de llamadas telefónicas a mi casa en las cuales se me insulta gravemente y se me advierte de que van a enviar a delincuentes comunes para aniquilarnos”.

Al régimen comunista le preocupa el reconocimiento internacional que ha logrado el promotor del Proyecto Varela. El miedo a un nuevo escándalo internacional les ha impedido a los castristas pasar de las amenazas a los hechos. Cuanto más se sepa de Payá y de su causa fuera de la isla, más lejos estará éste de la prisión y de la tortura. El exilio cubano lo sabe, por eso acogió con enorme alegría y alivio su candidatura a un nuevo premio, en este caso se trata del Sajarov, galardón que el Parlamento Europeo otorga a los que han destacado como promotores de la libertad de expresión.

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