Tras reunirse en las últimas semanas en dos ocasiones con Moratinos, Miguel Ángel García Puñales, portavoz de Cuba Democracia ¡Ya!, nos ha asegurado que su grupo está a la espera de la respuesta del gobierno español a las 15 propuestas que dejaron encima de la mesa del ministro. Confiamos en que el canciller tenga a bien contestarles lo más pronto que le sea posible. Después de 46 años de sufrimiento está más que justificada la impaciencia de los que han comprobado con estupor que la que llamaban madre patria, lejos de correr en su auxilio, les niega su condición de mártires de la peor de las tiranías y se muestra dispuesta a estrechar lazos con su verdugo.
Antes de que Moratinos se reuniera con cuatro miembros de la Plataforma Cuba Democracia ¡Ya!, en la sede de este grupo se recibió una carta de José Luis Rodríguez Zapatero. Se tomó su tiempo, pero por fin contestó a las víctimas de la tiranía comunista que se habían dirigido a él. A continuación reproducimos su respuesta:
Madrid, 14 de octubre de 2004
Estimados señores:
Les agradezco su carta del pasado 27 de julio en la que transmiten algunas de sus preocupaciones con la política de mi gobierno hacia Cuba.
La pretensión de normalizar las relaciones bilaterales con Cuba y las relaciones de Cuba con la UE en su conjunto, no es nada incompatible con la decidida defensa que hará España en cualquier lugar y circunstancia del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.
España no desea para Cuba nada que no desea para sí misma. Por ello, no vamos a escatimar esfuerzos para alcanzar los objetivos de la Posición Común de la Unión Europea sobre Cuba: favorecer la transición pacífica hacia la democracia y favorecer las condiciones de vida del pueblo cubano. Es indudable que el actual clima de tensión no favorece el logro de estos dos objetivos.
Atentamente,
José Luis Rodríguez Zapatero
Como han podido comprobar, el presidente del Gobierno se sirve de una frase que ya pronunció su antecesor. Asegura que quiere para los cubanos lo mismo que para los españoles, pero no regulariza su situación en nuestro país, por no molestar a su verdugo no los quiere ver por su embajada en La Habana, y se esfuerza en que la Unión Europa se entienda un poco mejor con sus carceleros. ¿A quién pretende engañar? Zapatero y su ministro de Exteriores –sorprendiendo a propios y a extraños- ya han decidido lo que es mejor para los cubanos: equiparar a las víctimas con los verdugos.