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Víctor Llano

Condenar a Castro es de ultraderecha

¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre! El pasado sábado en la Puerta del Sol: la compañía, el auxilio, los gritos contra el verdugo, las promesas de ayuda; el domingo: el reproche, las acusaciones de fanáticos, los consejos desde arriba, la frialdad, la incomprensión y, de nuevo, la soledad. Los periódicos españoles le hicieron un gran servicio al tirano cuando sin justificación alguna acusaron al exilio cubano de intolerante y extremista. La embajadora de Castro en Madrid puede estar contenta. Ya lo sabe para otra vez. Si no son las víctimas las que reprochan a la izquierda española su silencio durante cuarenta y cuatro años, serán los muchos agentes de Castro en España los que lo hagan. Por pocos que sean, al día siguiente serán portada en todos los periódicos y conseguirán fácilmente el desprestigio de los que huyeron de la Isla-cárcel. Todo vale en contra de ellos. De nada les sirve ser el mejor exilio de la historia.

¿Qué hubiera ocurrido si en una concentración en contra de la última guerra sube un exiliado cubano a la tribuna y llama a Castro asesino?¿Hubiera salido vivo de allí? ¿Cuánto hubieran tardado los medios de comunicación españoles en acusarle de provocador? Sin embargo, los cubanos han de callar ante todas las provocaciones. Después de 44 años de ver como despreciaban su sufrimiento, ahora han de guardar silencio y mirar para otro sitio cuando un cineasta español se atreve a aconsejarles que tienen que aprender a sumar y no restar. ¿Quién es Fernando Trueba para dar consejos que nadie le ha pedido? Sólo pueden aconsejar aquellos que quieren y no parece que sea el caso. La supuesta progresía jamás ha querido a las víctimas de Castro. Pero los cubanos no pueden ni silbarles. Al quite estarán siempre los periódicos españoles para salir en defensa de los que no necesitan ninguna.

¿Por qué no se le puede reprochar a Caldera la ausencia de Zapatero? No hace mucho el portavoz socialista en el Congreso de Diputados le dijo a Guillermo Cortázar, vicepresidente de la Fundación Hispano Cubana, que estaba más cerca de Fidel Castro que de él. ¿Acaso este señor piensa que los cubanos no tienen memoria? Los que se concentraron en La Puerta del Sol ya se callaron bastante en Cuba, pero por desgracia no fue suficiente, en Madrid también han de callarse si no quieren que les acusen de extremistas de derechas. Que si la mafia de Miami, que si Mas Canosa, que si el bloqueo que nunca existió, que si son unos reaccionarios; las mismas patrañas que quien esto escribe tuvo que escuchar cuando llegó a Madrid hace 33 años. A pesar de que la tiranía comunista ha multiplicado sus muchos crímenes, los exiliados cubanos siguen siendo gente sospechosa para gran parte de los medios de comunicación españoles. Muchos de los editoriales que se publicaron este domingo podrían aparecer en el Granma.

Las víctimas de Castro son acusadas de fascistas por silbar un poquito a Caldera, pero dos días después de que éste asistiera a la concentración anticastrista, el PSOE se niega a apoyar una moción en la que se insta a retirarle a Esteban Dido una medalla de oro que en 1987 le concedió el Senado Español. ¿Es esto lo que tienen que aprender a sumar los cubanos? Si los que se vieron obligados a abandonar su país y a dejar allí lo poco que tenían quieren saber lo que piensan de ellos los responsables del PSOE, pueden leer la pequeña entrevista que el portavoz socialista en el Senado concedió a Libertad Digital.

P. Señor Laborda, ¿de verdad le pareció que las críticas que usted y su compañero Caldera escucharon en la Puerta del Sol provenían de personas de extrema derecha?

Juan José Laborda. Yo tuve la sensación de que se habían equivocado y que una de las cosas que nos dijeron, por ejemplo, llamarnos comunistas, era lo propio de las manifestaciones que yo recordaba en la Plaza de Oriente. Allí también gritaban comunistas y estaban en contra del consenso.

P. ¿Qué cree usted que hubiera ocurrido si en una concentración en contra de la última guerra un exiliado cubano sube a la tribuna y llama a Castro asesino?

R. No, pero no me haga preguntas sobre hechos que no han sucedido. A mí pregúnteme sobre lo que sucedió en la Puerta del Sol. Allí un grupo muy numeroso de personas jaleadas por el Partido Popular perdieron la oportunidad de que recordáramos esa concentración como un acto en el que fue posible el consenso.

P. En cualquier caso, ustedes no van a apoyar la moción en la que se pide que se retire a Castro la medalla de oro del Senado Español.

R. Vamos a ver qué es lo que ofrece el PP y qué es lo que sucede. A mí la medalla me importa una castaña, sinceramente; pero me parece una cosa desproporcionada. Eso, lo que conllevaría sería romper relaciones diplomáticas con Cuba o pedirle a los empresarios españoles que no inviertan más en la Isla; sin embargo, no es lo que hace el gobierno de José María Aznar, yo lo que veo es que pasa la mano por encima del aparato del régimen castrista para que facilite las inversiones españolas en Cuba.

P. ¿Usted apoyaría una política del gobierno español en la que se tratara a Cuba como se trató a Sudáfrica en su momento?

R. Yo creo que España tiene más obligaciones con Cuba que con Sudáfrica. Muchas más. No tengo ninguna duda. Tenemos que hacer un gran esfuerzo para que Cuba cumpla el sueño que no ha tenido apenas oportunidad de vivir desde 1898, que es el de ser un país soberano.

P. A su juicio, ¿el esfuerzo que tenemos que hacer ha de llevarnos a romper relaciones diplomáticas con la tiranía castrista?

R. Bueno, esto es muy complejo y pertenece a una política exterior que nosotros tenemos que decidir dentro del conjunto de la Unión Europea. Yo creo que no son cuestiones simplistas, pero insisto, lo fundamental es que haya un objetivo y que logremos un enorme consenso en España en torno a la transición democrática en Cuba.

Las declaraciones de Juan José Laborda merecen un amplio comentario. Comparar la concentración de Sol con las manifestaciones de apoyo a Franco, nos parece no sólo injusto, sino uno de los mayores despropósitos que hemos escuchado en los últimos años. Pero tenemos que dejarlo para otra ocasión. Después de hablar con el portavoz socialista en el Senado, Esperanza Aguirre, senadora del Partido Popular y candidata a presidir la Autonomía de Madrid, nos contestó a varias cuestiones relacionadas con Cuba.

P. ¿Qué juicio le merece el acto que se celebró en la Puerta del Sol para denunciar los últimos crímenes de Fidel Castro?

Esperanza Aguirre En primer lugar, fue algo novedoso ver a personas de la izquierda repudiando la tiranía castrista. Por desgracia, en declaraciones posteriores optaron por fijarse más en el embargo, cuando canadienses, españoles, mejicanos, todos, comerciamos con Cuba. Pero en fin, yo creo que el embargo es algo muy caro a Castro, es el pretexto que tiene para mantener a su pueblo esclavizado. No obstante, hablaban mucho del embargo que sólo ejerce Estados Unidos y menos de la libertad que no tiene el pueblo cubano. Cuarenta y cuatro años de tiranía, 12.000 fusilamientos, más de 100.000 presos de conciencia, son motivos suficientes para que toda la izquierda, no sólo parte de ella, condenara ese régimen. No hay dictaduras simpáticas y antipáticas, pero si las hubiera, para mí la de Castro sería profundamente antipática. Ojalá que el sátrapa deje de tiranizar a su pueblo en breve y que Cuba tenga una transición pacífica a la democracia.

P. ¿No le parece injusto que se utilicen unos escasísimos abucheos para acusar al exilio cubano de intransigente y de pertenecer a la extrema derecha?
R. Cada uno que responda de sus palabras y de sus declaraciones. A mí me parece que el exilio cubano lo que merece es apoyo y solidaridad. Yo en el año 1983, cuando empecé en política, constituí el Comité Pro Derechos Humanos en Cuba coincidiendo con la llegada a España de Armando Valladares. Recuerdo que una de mis primeras intervenciones como concejal fue para pedir que un polígono que llevaba el nombre de poetas que se estaba construyendo en Vallecas recordara al disidente cubano, petición que por supuesto fue rechazada por la coalición de izquierda que entonces era mayoría en el ayuntamiento de Madrid.

P. Sin embargo, y a pesar de que nos consta su solidaridad con los cubanos y de ser usted un destacado miembro del Partido Popular, el gobierno de José María Aznar ha negado el asilo humanitario a muchas víctimas de la tiranía comunista.

R. No puedo contestarle a eso, no es una pregunta. Usted ha hecho una afirmación y si es así me parece lamentable. Estoy a favor de conceder a los cubanos todas las oportunidades que nos sean posibles.

P. Por último, ¿por qué no se trata a Cuba igual que se trató a Sudáfrica?

R. Habría que preguntárselo. Esa es la propuesta que en nombre de Vargas Llosa leyó Fernando Savater en la concentración del sábado 26 de marzo; que se expulse a Cuba de los foros internacionales. Yo espero que igual que ocurrió con Sudáfrica, suceda lo mismo con Cuba. Pero todavía me gustaría más que Cuba hiciese una transición pacífica a la democracia inmediatamente, que el tirano tuviera la revelación de que tiene que dejar libre a su pueblo.

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