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Wenceslao Cruz

Divorcio y nuevas nupcias

Un miembro del Gabinete del presidente de Argentina Néstor Kirchner ha dicho "ya no existen relaciones carnales ni alineamiento automático" con Estados Unidos. Unas palabras que serán pagadas con un "caluroso" recibimiento en Cuba en febrero próximo, fecha prevista para ser recibido por el dictador que más tiempo ha estado pisoteando los derechos fundamentales de su pueblo.
 
El gobierno argentino está molesto por las declaraciones del subsecretario de asuntos hemisféricos del Departamento de Estado, Roger Noriega, al hablar ante el Consejo de las Américas, en la que expresó su preocupación y decepción por el acercamiento de Kirchner al régimen castrista. Sería bueno esperar de él una incomodidad, al menos del mismo nivel, por las actuaciones de Castro contra sus conciudadanos. La duda se despeja en las votaciones de la ONU, donde Argentina se resiste a condenar las violaciones a los derechos humanos en Cuba; sin embargo, no tartamudea al enfrentarse al "poderoso" Estados Unidos. Sabe, perfectamente, que contra la potencia más poderosa puede escudarse en su propia naturaleza democrática, cosa muy distinta a la de un régimen antidemocrático y delincuente que utiliza medios de desestabilización muy conocidos.
 
Ya iremos viendo ejemplos de intervención indirecta en Ecuador por parte de Castro, sobre todo después de conocerse la colaboración de Lucio Gutiérrez con EE.UU. en la captura del terrorista Ricardo Palmera (alias: Simón Trinidad). El cocalero Evo Morales puede ir cambiando de su lista de amigos a Lucio por Néstor, su "gran" frente de izquierda tiene una baja porque ahora el presidente ecuatoriano lucha contra lo que él representa, pero ha tenido suerte, uno que no se sabe si mira a la izquierda o a la derecha – y que en España muchos llaman el "Dioni" de la Pampa – se une a su Fidel.
 
Cuando Kirchner visite La Habana, Castro hará declaraciones adulándole por tener igual origen que uno de los criminales internacionales más odiado por sus víctimas y que aún parte de la izquierda idolatra: el Che. Esperamos que el presidente argentino no se confunda y piense que lo recibe el pueblo cubano. Cuando vea a los obligados trabajadores y estudiantes saludándole, que recuerde que en cada saludo salvan y se aseguran lo que se conoce como "estímulo" y no es más que el derecho a recibir un poco más que la esquelética libreta de racionamiento cubana, quizás incluso solo una botellita de aceite más.
 
Debido a la cruel represión y sus políticas injerencistas, Castro está convencido que el cubano y algunos gobernantes latinoamericanos tienen miedo. Esperamos que Néstor Kirchner sea más valiente que Bielsa y se digne a recibir a alguien de la oposición pacífica. Sería muy conveniente, para asegurarnos de su ética, que no solo se vea con verdugos y delincuentes sino también con sus víctimas. Feliz Viaje al infierno latinoamericano, señor Kirchner.

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