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Zoé Valdés

El chanchullo francés

Lo cierto es que cada día vamos a peor, la credibilidad de este gobierno anda por los suelos.

Nadie se explica lo que está pasando en Francia, de los escándalos de alcobas en el Palacio del Elíseo han pasado a los chismes y enredos más inconcebibles. De hecho, es probable que Nicolás Sarkozy salga beneficiado de todo esto, y de acusado pase a ser acusador.

El caso es que el presidente del gabinete del presidente François Hollande, Jean-Pierre Jouyet, habría filtrado a dos periodistas de Le Monde las conversaciones de un encuentro secreto entre el presidente y François Fillon, antiguo primer ministro de Nicolas Sarkozy, y eterno rival del mismo.

En aquel encuentro Fillon habría pedido con toda urgencia al presidente Hollande que se investigara, acusara y hasta juzgara a Sarkozy lo más pronto posible. Algo que el entorno de Fillon y Fillon mismo se han apresurado a desmentir, por supuesto.

Al parecer al presidente del gabinete se le fue la lengua con los dos periodistas de Le Monde, y ahora nadie sabe cómo arreglar el chanchullo gubernamental que ellos mismos han armado, sin ningún tipo de finesse. Porque en Francia hay chanchullos finos, y bretes vulgares. Esto es un brete o chanchullo de los más vulgares.

Lo cierto es que cada día vamos a peor, la credibilidad de este gobierno anda por los suelos.

Ayer mismo, el presidente Hollande hizo el discurso por la conmemoración del Armisticio, y dos historiadores consultados y entrevistados en varias televisiones declararon que jamás en sus vidas habían escuchado un discurso tan lamentable, tan plagado de errores históricos, y además tan espantosamente largo y mal hilvanado.

La economía más desastrosa no puede ser, el desempleo por las nubes, y François Hollande comportándose siempre como un vencedor, como el triunfador sin nada qué reprocharse. Una verdadera vergüenza.

El panorama de la política francesa no puede ser más desolador. La gente no puede más, y con esto, los extremos son los que ganan. Pero aquí el extremo se llama Marine Le Pen. Así de complejo, aunque pareciera sencillo.

En cuanto a estos nuevos acontecimientos, tal pareciera que Hollande y su gabinete han sido contratados para autodestruirse, y para darle el chance a Sarkozy y elevar todavía más las posibilidades de Le Pen en su trayecto hacia la presidencia.

Como magos han convertido el chanchullo en chance, que en francés, como saben, quiere decir suerte (para los otros), más que oportunidad.

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