En Francia, el Partido Socialista en el gobierno todavía la tiene cogida en contra de Nicolás Sarkozy, aun cuando el antiguo presidente no ha regresado a la política de a lleno; ahora sale lo de las escuchas que le puso Patrick Buisson, periodista especialista en opinión, antiguo consejero de Sarkozy y director general de la cadena televisiva Histoire. Las conversaciones grabadas entre Sarko y su esposa, Carla Bruni, pero peor aún, las conversaciones grabadas con su abogado. Los esposos han puesto una demanda, como era de esperar.
Lo grave del caso es que tanto la ministra de Justicia, Mme. Taubira, como el ministro del Interior, M. Valls, conocían de las grabaciones y las habían a su vez escuchado. Incluso el presidente Hollande en una ocasión manifestó jactancioso que "Sarkozy je sais exactement ce qu'il fait, je le surveille", "Sé exactamente lo que hace Sarkozy, yo lo vigilo", lo que constituye casi un Hollandegate. Por supuesto, la polémica se instala en los corredores palaciegos de París.
Otro factor grave, al que muy pocos han atendido, es el hecho de que un periodista se haga llamar "especialista en opinión", ¿quién decidió que lo fuera? ¿Una universidad? Pues habría que recurrir los criterios de esa universidad que no enseña ética periodística a alguien que se supone saldrá graduado y ocupará semejante cargo político y valiéndose de un título tan pomposo. Por favor, qué mundo raro en el que vivimos.
Pues es así, en esta República de Hollande u Hollandú (el centroafricano), todos se graban, y no les basta haber ganado las elecciones presidenciales, siguen como si no las hubieran ganado nunca, como si se hallaran en plena campaña electoral y se empecinaran en hacer leña del árbol caído. ¡Y cuidado con ese árbol, que pudiera regresar como una encina o una ceiba! Si no es que otro árbol todavía mayor y siniestro sigue robando espacio con sus raíces por causa precisamente de estas polémicas que nada aportan al desarrollo de este país, el peligroso árbol del Front National.
Por otro lado, volvamos a América Latina, y permítanme hacer un paréntesis, llevo veinte años haciendo trotar a los escribanos del régimen, detrás de lo que hago y con la lengua afuera, cuando no me plagian les ordenan que me riposten. Si me visto de blanco y negro para recibir un premio, allá va el Retaco Quendi Plagiador a repetir vestuario, amén de las novelas y poemas plagiados; si publico en mi blog una carta de un estudiante venezolano, torturado y violado, dirigida al cantautor Silvio Rodríguez, quien a su vez publicó en su blog un documento que parece escrito por Maduro directamente, o por Chávez desde el más allá, o por Castro I, también desde el más allá, aunque desgraciadamente vivo, llamando fascistas a los estudiantes venezolanos, pues enseguida sueltan a la Pulga trepadora, a la Putica platanera, para que escriba un artículo, y claro que se lo publican sobre el último concierto de Silvio en México.
Aparte de la melosa canción en la que no habla para nada de política. ¿No es que Silvio componía canciones protesta? Ni una sola mención al parecer durante el concierto a los estudiantes venezolanos, ni a los ucranios, y mucho menos (pero eso ya lo sabíamos) a los presos políticos cubanos. No, Rodríguez, no Sixto, sino Silvio, al parecer jamás ha escrito canciones protesta inspiradas en la poesía de José Martí, no, qué va, Silvio compone rancheras y punto guajiro comprometidos con el raulato y el castrato. Con perdón de las rancheras y del punto guajiro, de los que soy fan.