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Zoé Valdés

Mundo imbécil

Francamente, no hay más que leer dos o tres noticias para advertir que vivimos en un mundo de imbéciles.

Francamente, no hay más que leer dos o tres noticias para advertir que vivimos en un mundo de imbéciles, por no decir una mala palabra; para mí las malas palabras son las buenas, cosa que ya ustedes conocen.

Por un lado empiezan a soltar a asesinos a tutiplén. Vengan asesinos sueltos. ¿Y las victimas? Que se fastidien. Los asesinos andan como perros por su casa. ¡Oh, perros no, pobrecillos! No los perros, los asesinos. Por otro lado le meten dos años en las costillas a unos batasunos que le habían metido un tortazo a la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina. No sé quiénes son ni los unos ni la otra. Pero ¿para qué los condenan a encerrarlos en el tanque, si los sacarán mucho antes? Mejor ni se molesten.

Por cierto, los cubanos llamamos tanque a la cárcel, y no por gusto de cometer un crimen de leso argot, no, qué va. Los cubanos, mortificones que somos, nombramos de tal modo a las prisiones porque en Aquella Isla donde, como ustedes suponen, "se respetan absolutamente todos los derechos humanos" (ya no me acuerdo a qué bobo de la yuca cito, cualquiera de esos escogidos al tuntún, o sea, al azar, en la ONU, o en la Unasco, digo Unesco), pues el tanque es una de las formas de castigo más horrendas que se haya inventado, por cierto. Introducen al reo amarrado en un tanque lleno de agua o excrementos, el tipo de acuosidad dependerá de la dureza del castigo, por el tiempo que a los verdugos se les ocurra. Supongo que ese tiempo sea el tiempo que no se les mueran los reos podridos; ya que aunque algunos se desmayan de la peste, se defecan, se vomitan, y ni siquiera así los liberan de la tortura.

Pero prosigamos: otro ganso tontolabo de estos en el poder, vaya, uno al nivel de Fransuá Hoyandé, el Impoluto Socialista Impopular: el señor presidente Barack Hussein Obama ha decretado que hay que creer en Irán. Vamos, qué hombre inteligente, por Dios. ¡Creer en Irán! ¡Y en su gobierno sobre todo! ¡Qué cerebro, por Alá! Lo nunca antes visto. Y es que Putin lleva a Barack de la mano y corriendo. Obama, el esclavo del Zar Putin. ¿No se los digo? Estamos en manos de hombres taaaaaan brillantes, que dan pena, no, vergüenza ajena. Y lo peor es que cuando se vayan y perciban sus errores (lo que ya sería un gran paso de avance, que admitan que se equivocaron) y vean hacia dónde nos están llevando, pues no habrá tiempo para recular ni medio milímetro.

En cuanto a Putin, sí, me refiero, cómo no, al Zar Vladimir Hijo de Putin. ¡Ha hecho esperar al Papa Francisco nada más y nada menos que cuarenta y cinco minutos! Y es que este tipejo, este antiguo mamarracho de la KGB, como ya hizo albóndigas de mondonga y moringa (tan a la moda) con Obama, se cree que es el dueño del mundo. Y hasta puede que lo sea, no lo duden. Lo cierto es que Papa Pancho lo esperó. ¡De tonto! Porque yo lo hubiera dejado con la estola y las castañuelas puestas. ¡A lucirse a las Ferias, que el Vaticano es cosa seria! Miren eso, hasta un versito tontín me ha salido. Yo siendo el Papa, le suelto una clase de patada por el fotingo con las botas ortopédicas, que lo dejo estreñido más de un mes.

¿Y quién creen ustedes que le susurró al oído a Obama que dejara a Irán quieto? Putin, ¿y a Putin? Los mismos que entrenaron a Ana Belén Montes (la espía puertorriqueña, ¿a que no se acuerdan de ella, o sí?), y por supuesto, a Edward Snowden. ¡Adivinen!


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