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Daniel Rodríguez Herrera

Los ordenadores no son coches

Me alegra haber sacado de su letargo a don Rubén, entre otras cosas porque me permite escribir otro artículo sobre el mismo tema, que siempre resulta más cómodo. Para empezar, quisiera hacer un par de puntualizaciones. Yo no creo que Apple vaya a desaparecer, sino que lo hará Mac. Producto y compañía están tan tradicionalmente ligados que resulta extraño pensar en un futuro en el que esté una y no el otro, pero transformaciones más raras se han visto. Y aún así seguirán existiendo usuarios del ordenador de la manzana durante bastante tiempo, como aún continúan viéndose ordenadores Amiga en funcionamiento. Por otro lado, no fueron las malas artes la principal razón por la que Gates logró hacerse con el mercado, sino su habilidoso empleo del efecto red, perdiendo dinero en sus ventas hasta que MS-DOS estuvo en cada ordenador, convirtiéndose en imprescindible. Algo que podía haber hecho Digital, pero a lo que renunció hasta ser demasiado tarde.

La defensa de la compañía de Jobs insiste en que su sitio está en su mayor calidad, con pocos usuarios pero vendiendo más caro. Sin duda se venden más utilitarios que los caros BMW, pero siendo los segundos mejores, siempre tienen un sitio, unas ventas y un beneficio. Pero existe una diferencia esencial entre uno y otro mercado. Un BMW se maneja igual, emplea las mismas carreteras y reposta en las mismas gasolineras que un SEAT Panda. Las aplicaciones para Windows no funcionan en Macintosh, y hay un coste de aprendizaje para pasar de una plataforma a otra. Es por esta razón que plataformas como Atari, excelente para la música, o Amiga, inmejorable en su día para juegos, han desaparecido. Y una de las razones por las que Linux no acaba de despegar y OS/2 nunca logró hacerlo.

Una plataforma dirigida a usuarios finales como Mac necesita, para ser atractiva, de una clientela suficiente como para que resulte rentable escribir aplicaciones para ella. Aún la conserva, pero la pregunta que hay que responder es cuantos la abandonan y cuantos son reclutados como nuevos usuarios. Los usuarios de Macintosh son muy leales, pocos, pero leales, y nuevas aplicaciones como iPhoto o iDVD ayudarán a conservarlos. Pero, ¿son tan buenas como para convencer a los usuarios de PC de cambiar o para lograr ser el primer ordenador de muchos? Siendo además tan marginal su cuota de mercado, un 3-4% en Estados Unidos, dispone de menos aplicaciones porque a las compañías no les merece la pena el doble esfuerzo, y esa diferencia se agranda con los años. Hay mercados, como el de los juegos, en los que se puede decir que ya no es ni contendiente. De modo que pocos usuarios renunciarán a sus aplicaciones preferidas para cambiar a otra plataforma porque es más bonita y sencilla, que lo es. A pesar de que con los iMac, Apple ha podido ofrecer un ordenador potente y con un precio no mucho más alto que los PC de la competencia, ha ganado pocos clientes.

La mayor parte de los esfuerzos de la compañía, por tanto, parecen tener como resultado más bien evitar que sus usuarios emigren que atraer nuevos. Y es esa defensa la que los problemas de economía de escala puede acabar destruyendo. La serie G4 actual ya es inferior a los chips que traen los PCs más normalitos, y Motorola no va a gastarse los cuartos en mejorarla, pues su inversión en crear procesadores para Apple ha resultado ruinosa. La posible salvación, el IBM 970, ha demostrado en las pruebas que sus prestaciones son similares a los Pentium4 que ya están en el mercado ahora, cuando este nuevo chip aparecerá cerca de final de año. IBM ha diseñado su chip para sus propias estaciones de trabajo, que pertenecen a un segmento del mercado donde el precio importa menos que en el de los ordenadores para usuarios finales. Y aún contando con que Apple compre el chip para sus nuevos equipos, el número conjunto de ordenadores de ambas compañías que lo emplearían no parece suficiente como para competir en precio por unidad. De modo que, cuando muchos de sus usuarios necesiten una actualización y vean que para una potencia similar necesitan pagar mucho más cuando tienen una alternativa con más aplicaciones y un sistema operativo cada vez más similar al suyo, será difícil que la empresa de Cupertino logre mantener a sus fieles indefinidamente.

Tenemos al final a una plataforma con una base pequeña de usuarios, que no logra obtener nuevos clientes y cuyas perspectivas de mantener a los de siempre, aunque razonables a corto plazo, parecen difíciles de mantener en unos pocos años. ¿Está irremediablemente condenado, como según el marxismo lo está el capitalismo? Es posible que le quede algún conejo en la chistera pero, la verdad, con estas perspectivas, yo no apostaría por su salvación.

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