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Carlos Semprún Maura

Merienda de negros

Pese a la gigantesca propaganda antiliberal y a la defensa del capitalismo de estado, al que en Francia están tan aferrados los gaullistas, los socialistas, los comunistas y la extrema izquierda, incluso cuando sus gobiernos privatizan, dos escándalos, para limitarme a dos, el de ELF y el del Crédit Lyonnais demuestran que durante el reino de Mitterand, el capitalismo de estado, realizaba muchas más estafas, y estaba mucho más podrido, que el capitalismo privado. Lo del Crédit Lyonnais, es de novela, no sé si negra o pornográfica, no sólo ahora cuando la Justicia de California “exige cabezas”, debido a la compra ilegal de la Compañía de Seguros Executive Life, por ese banco estatal, sino por mil cosas más. Un detalle, pero un detalle gangsteril, mafioso: cuando comenzaron a investigarse las turbias actividades del banco, un incendio arrasó los archivos de su sede en París, las “pruebas de la infamia”, desaparecieron en las llamas. Cabe preguntarse quien cometió el crimen: ¿comisarios de policía, altos funcionarios del banco, ujieres requisados para tan noble tarea? No se sabrá nunca. Además, ya ni se habla de ese incendio, todos prefieren glosar e indignarse con el “caso Nerón”, que es todo lo contrario de lo que dice su propaganda, porque que se pare los pies a dirigentes de empresa tramposos, no sólo es normal, sino que demuestra la salud del capitalismo norteamericano. Con el Crédit Lyonnais, cuyas estafas son infinitas, no ocurre lo mismo, y con ELF muy parcialmente.
 
Apenas se anuncia un proyecto de tímida reforma universitaria, y los estudiantes se ponen en huelga, y el Gobierno se raja. La reforma, que no existe, que se retira, no, se aplaza, antes de haber sido elaborada, de existir tal vez hubiera permitido una mayor autonomía de las Universidades, y la equiparación de los diplomas franceses con los diplomas europeos. Pero, manipulados por los sindicatos de enseñanza, los estudiantes han ido a la huelga contra molinos de viento. “No lo dicen, pero en realidad lo que quieren es privatizar la enseñanza”, gimen los sindicalistas. Y aparece el coco, la amenaza del Gran Satanás: van a inspirarse en las Universidades norteamericanas... ¡Qué más quisieran! Porque resulta que dichas Universidades son las mejores del mundo, y todos los progres antiyanquis, cuando pueden, envían a sus hijos a estudiar allí.
 
Es curioso constatar cómo corporaciones que fueron antaño críticas y rebeldes han mantenido los ritos de la rebeldía, huelgas, manifestaciones, pero no para exigir el camino, como así fue, sino el inmovilismo. No se trata sólo de los profesores y estudiantes, también de todas las corporaciones de “funcionarios proletarios”. Son como los Chouans, pero mucho menos románticos.
 
Reseñando manifestaciones y jolgorios, menester es señalar que por primera vez en su historia, los buralistes, estanqueros, o comerciantes de tabaco, se manifiestan hoy lunes, además cerca de casa, además ruidosamente, con petardos y fuegos de Bengala, porque el aumento faraónico de los impuestos sobre el tabaco, con la coartada burocrática de la salud, les ha creado infinidad de problemas, paralelo aumento del contrabando, aumento de los atracos, etcétera. Interrumpo, angustiado, esta carta, ante el temor de que no sólo se manifiesten, sino que hayan cerrado sus estancos, y me quede sin el placer sensual de fumar.
 

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