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ZP ha decidido proponer el desarrollo de "medidas que hagan compatibles el derecho a la libertad de expresión con la defensa de los intereses de los más débiles". Es aconsejable, siempre que alguien decide contraponer la libertad de expresión con algo, sacar la pistola por si acaso. Además, en esta ocasión la idea resulta especialmente enigmática. Si pensamos bien, quizá se refieran a la pornografía infantil –el demonio habitual de quienes recelan de la Red– pero si pensamos mal se nos puede ocurrir que deseen censurar los contenidos que, a su entender, atenten contra los más débiles.
 
En el conjunto de medidas de apoyo a Internet, destaca su promesa de subvencionar el acceso a Internet con banda ancha a aquellos que considere que no se lo pueden pagar, como jubilados o parados. Una correcta medida socialdemócrata que tendría el mismo efecto perverso que otras subvenciones: pagar conexiones que no se van a aprovechar. Es cierto que la factura mensual puede asustar a muchas personas e impedirles el acceso a algunas, aunque es más probable que lo haga el precio de los ordenadores. Muchos de ellos acuden a alternativas más baratas que disponer de Internet en casa, como los cibercafés. Pero la rebaja artificial del precio provocará que el contribuyente acabe pagando por muchas conexiones que no serán suficientemente valoradas por su propietario, al no correr él con los gastos.
 
Si realmente se quiere promover el acceso, lo mejor que pueden hacer las administraciones públicas es ofrecer servicios y contenidos atractivos. El PSOE incluye en su programa una buena medida como es la incorporación de distintas ofertas culturales en Internet. Además, propone un Plan de Alfabetización Digital que debería reducir el coste total que quienes no saben de informática han de considerar para acceder a la Red, aunque no detalla en qué se diferenciaría de los fracasos del PP en esta materia.
 
Dentro de su oferta educativa, el PSOE propone incrementar el número de ordenadores en los colegios hasta llegar a la cifra mágica de un ordenador por cada dos alumnos de secundaria. Una medida que puede resultar incluso contraproducente para la enseñanza. También desea introducir el software libre en los colegios, algo encomiable, aunque nos hace preguntarnos porqué es esto bueno en la educación pero no en el resto de la administración.
 
No obstante, resulta sorprendente que entre tanta promoción de Internet, se califique de"adictos"a quienes se oponen al canon de la SGAE, lo que hace desconfiar de que su apoyo a este medio no sea algo más que una pose. Posiblemente elapoyode los intelectuales orgánicos tenga para ellos más valor que el fomento de un medio donde la opinión libre es la norma.
 
Daniel Rodríguez Herreraes editor deProgramación en castellano.

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