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Alberto Acereda

El soldadito valiente

La mentira del soldadito valiente ejemplifica desde el seno mismo de Estados Unidos el permanente odio a Bush y a los valores que él encarna

El pasado 23 de noviembre, el joven sargento del ejército norteamericano Dennis Edwards habló en el instituto Dennis-Yarmouth, en el estado de Massachussets, tras ser invitado por un profesor allí interesado en conocer la "verdad" de la Guerra de Irak. El sargento estuvo en Irak entre agosto de 2003 y marzo de 2004. Aprovechando unos días de permiso y como técnico de defensa aérea, Edwards habló frente al profesorado y un centenar de estudiantes (uno de ellos su propio hermano) que lo escuchaban atentamente. El sargento Edwards relató una escalofriante historia de horror de la Guerra de Irak.
 
Edwards contó en su historia cómo él y otros dos soldados habían disparado y asesinado a un niño iraquí de diez años. Explicaba Edwards, además, que el niño portaba un rifle AK-47 y que este crimen de un inocente reflejaba, sin duda, las actuaciones de una guerra injusta. Frente a una audiencia petrificada por el relato, Edwards acabó acusando al Presidente Bush de fabricar una guerra falsa en Irak derivada de meros motivos egoístas y como "venganza personal" por una guerra iniciada y no concluida por Bush padre.
 
Ahora, y como documenta el periodista Brian Macquarrie, del Boston Globe,
el sargento ha confesado y ha admitido a sus superiores de la División Airborne 82 que su historia narrada sobre el niño iraquí asesinado era todo un montaje y una gran mentira inventada. Por ello, el soldadito valiente se enfrenta en estos momentos a toda una investigación y a la posibilidad de ser expulsado del ejército. La investigación llevará unas tres semanas, según indican los portavoces de esa división militar Chris Fletcher y Amy Hannah.
 
Edwards va a ser investigado por mentir sobre sus experiencias en Irak o Afganistan. Sus superiores conocieron su fabricada historia y sus comentarios al revisar las varias noticias de la prensa local en el diario Cape Cod Times tras su intervención en el instituto.
 
A Edwards, que pretendía seguir en el ejército hasta 2007, la cosa le puede costar cara al perder quizá todo su rango y su trabajo, al margen claro de su credibilidad, ya irrecuperable.
 
La mentira del soldadito valiente ejemplifica desde el seno mismo de Estados Unidos el permanente odio a Bush y a los valores que él encarna, por elección democrática, y en representación de la mayoría del pueblo norteamericano. Las fabricaciones contra Bush son visibles no sólo en la cultura popular norteamericana, con personajes como Michael Moore, sino también en ciertos medios de comunicación y hasta en célebres periodistas, como el recientemente "jubilado" Dan Rather de la CBS, con un caso fraudulento encaminado a desprestigiar durante la campaña electoral el servicio militar de Bush.
 
Añadan a eso la turba antiamericana procedente de Europa y del resto del planeta. Y sumen también la existencia de personajes del pelaje de este sargento. Su historia bien podría haber colado, si no fuera por su final arrepentimiento y por reconocer el engaño. Lo que cabe preguntarse es cuántos casos parecidos a éste andan sueltos por ahí y han pasado como verdades en los medios de comunicación más antiamericanos, desde España a Estados Unidos, incluyendo el mundo árabe. Pero descuiden. Seguro que habrá alguno, en Massachussets o en España, que seguirá creyendo esa historia del niño asesinado. Porque seguro que al soldado lo torturaron para que dijera que había mentido. Debe ser eso.

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