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EDITORIAL

Chaves baila al son que marca el tirano

Fidel Castro se frota las manos con el nuevo entreguismo europeo y con visitas como la de Chaves. Es todo lo que necesitaba para vivir tranquilo unos cuantos años más.

El presidente andaluz, que también lo es desde el PSOE, ha viajado esta semana hasta la isla de Cuba para, según cuenta él mismo, supervisar el estado de los programas de cooperación entre el gobierno autónomo de Andalucía y Cuba. Esto, naturalmente, sólo se lo cree él y quizá algún televidente despistado del Canal Sur, esa cadena de televisión que desde su nacimiento vive por y para servir al inquilino del sevillano Palacio de San Telmo. El objetivo, inocultable por otra parte, por el que Manuel Chaves se ha desplazado hasta La Habana es muy otro. Se ha reunido con miembros del Gobierno cubano para cambiar impresiones sobre las relaciones entre España y Cuba, y le ha brindado dos capotazos al tirano para que siga haciendo lo que mejor sabe hacer; esclavizar sin contemplaciones a un pueblo que es ya una radiografía de sí mismo.
 
El cambio de aires en la Moncloa tras las elecciones de marzo ha sentado muy bien a Fidel Castro. De ser un paria en el panorama internacional, condenado en prácticamente todos los foros de relieve, ha pasado a figurar en una posición privilegiada en la agenda exterior europea. Gracias a las presiones del gabinete Zapatero, la Unión Europea decidió a finales del mes pasado suspender temporalmente las sanciones que los 25 habían adoptado en 2003 contra la escalada represiva de La Habana. Bastó un gesto, la excarcelación de Raúl Rivero, para que se reblandeciesen las meninges de ciertos burócratas de Bruselas y unas más que justificadas medidas fueron suspendidas en el acto. Era exactamente lo que estaba esperando el dictador, abrir un poco la mano y ver como los acomplejados europeos se rendían a sus pies. Ya lo denunció en un brillante artículo en Le Figaro el ex presidente checo Vaclav Havel. Levantar las sanciones fue un homenaje indecente a Fidel Castro, y dar protagonismo a la dictadura es ensuciar el noble ideal de libertad sobre el que se fundamenta la Unión Europea.
 
Chaves, sin embargo, lo ve muy diferente. A juicio de este socialista, heredero del peor felipismo y uno de los pocos componentes de la “foto de la tortilla” que aún sigue en activo, el diálogo con la tiranía va a dar muchos más frutos que la imposición unilateral. Castro lleva cuatro décadas y media en el poder, con él y con su desvarío se ha intentado todo y lo único que ha funcionado hasta este momento ha sido la firmeza. Los Estados Unidos lo saben y por ello no han tocado la Ley de Ajuste Cubano, el famoso embargo, que sigue y seguirá vigente hasta que el comunismo cubano restituya las propiedades confiscadas a principios de los años sesenta. Además, con un régimen despótico, cuya divisa es la represión sistemática, el asesinato político y la amenaza permanente no se dialoga. Para que se produjese una democratización de Cuba sería necesario que el castrismo firmase su sentencia de muerte, y no parece muy dispuesto a ello. Los políticos que como Chaves y Zapatero se empeñan en abrir vías de negociación con alguien que no tiene intención alguna de negociar, están condenados a darse contra la pared y a regalar un tiempo y unos recursos preciosos a alguien que no se los merece.    
 
Por su propia naturaleza, el régimen comunista cubano es irreformable. Si sobrevive es gracias a una brutal política represiva y al hecho de que la sociedad civil de la isla ha sido aniquilada. Es así de triste. Desde fuera lo único que puede hacerse es presionar con fuerza y dar cobijo y apoyo a los disidentes. La Unión Europea iba por buen camino con las resoluciones tomadas en la primavera de 2003. La llegada al gobierno de los socialistas en España ha cambiado el rumbo y esto redundará en el fortalecimiento de gobierno cubano del mismo modo que, hace veinte años, cada aproximación de occidente al bloque soviético suponía un brindis a la gerontocracia liberticida del otro lado del muro. Fidel Castro se frota las manos con el nuevo entreguismo europeo y con visitas como la de Chaves. Es todo lo que necesitaba para vivir tranquilo unos cuantos años más.

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