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Antonio José Chinchetru

Windows cumple 20 años

Sin esas "ventanas" que salieron al mercado hace 20 años muchísimas personas que hoy trabajan con PC no se hubieran acercado jamás a un ordenador.

Este lunes se han cumplido 20 años de un producto que revolucionó el mercado de los ordenadores personales y ha permitido que la informática se haya extendido a una velocidad vertiginosa por gran parte del mundo (todavía quedan muchos países donde un PC es un producto lejos del alcance de la mayor parte de la población). El 25 de abril de 1985 salía al mercado la primera versión de Windows; desde entonces, el número de equipos informáticos instalados en empresas, instituciones y domicilios particulares no ha parado de crecer. Al igual que las cuentas de Microsoft y al revés que el prestigio de esta compañía.
 
Microsoft es una de las compañías que más pasiones negativas crea en todo el mundo (y lo mismo le ocurre a Bill Gates en comparación con otros empresarios), y las antipatías en demasiadas ocasiones se las han ganado a pulso. Sin embargo hay que reconocerle sus grandes aportaciones al crecimiento y la popularización de la informática. Sin duda alguna, la mayor ha sido Windows. A pesar de sus fallos de diverso tipo, los clásicos "pantallazos azules" tan comunes en versiones anteriores al XP y otros defectos, es indudable que este sistema operativo ha sido uno de los motores de la generalización del uso de ordenadores.
 
A pesar de que existan otros sistemas operativos que permiten que el usuario trabaje con ventanas y "clics" sobre iconos, Windows tiene unas características que durante dos décadas le han hecho más atractivos para los consumidores sin grandes conocimientos informáticos, incluso nulos, y sin ganas o capacidad de gastar grandes cantidades de dinero en su ordenador. Frente al que fue su gran competidor durante mucho tiempo, Macintosh, el hecho de no estar vinculado a ningún hardware en concreto permitió su rápida expansión.
 
Las máquinas de Apple resultaban caras, mientras que el producto de Microsoft se podía instalar en equipos de gran cantidad de fabricantes, lo que permitía acceder a ordenadores mucho más baratos y más simples tanto de arreglar como de mejorar. Esto último también ocurre con el sistema operativo que se ha convertido en su mayor competencia en la actualidad, Linux. Sin embargo, este último exige un cierto nivel de conocimientos informáticos y sigue siendo demasiado complicado para los usuarios que no lo tienen. Mientras no consiga una simplicidad de manejo (algo que cada día parece más próximo) igual a la que proporciona Windows, el software libre seguirá un fenómeno en crecimiento pero no una alternativa real.
 
Microsoft no pasa por el mejor momento de su historia. Se le multiplican los juicios por prácticas contra la competencia en muchos lugares del mundo; aunque todavía está lejos de suponer una amenaza al dominio de la compañía de Bill Gates, el software libre está en crecimiento en varios continentes y la imagen del gigante de la informática empeora día a día. Además, todo ello se lo ha ganado a pulso. Sin embargo hay que señalar sus aspectos positivos. Millones de personas pueden trabajar con ordenadores gracias a Windows y los programas que corren sobre este sistema operativo, puesto que ha conseguido crear una informática para no informáticos. Sin esas "ventanas" que salieron al mercado hace 20 años muchísimas personas que hoy trabajan con PC no se hubieran acercado jamás a un ordenador.

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