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GEES

Un gobierno en ridículo

El aprendiz de dictador ya avisó cuando afirmó recientemente que la adquisición de los barcos era un mero favor a un lloroso Zapatero y que podría comprarlos en cualquier otro sitio.

La negativa de la empresa aeronáutica EADS a suministrar los aviones vendidos por el Ministro José Bono al régimen bolivariano de Hugo Chávez deja en el mayor ridículo posible al Gobierno de Rodríguez Zapatero. La persistencia del coronel de Caracas para que el presidente del Gobierno le visitara en su Palacio y para que el ministro de Defensa español acudiera a la firma del contrato no buscaba solo mostrar el apoyo del ejecutivo español a su régimen revolucionario, sino que trataba de comprometer políticamente a nuestro país en una operación que trascendía lo estrictamente comercial. Ahora es el Gobierno español el que queda en evidencia

El ridículo es aún mayor tras las afirmaciones del ministro de Defensa y de la propia vicepresidenta primera del Gobierno, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, reafirmando el compromiso del Gobierno tras el veto formulado por Estados Unidos a la transferencia de sus equipos a Venezuela. El Gobierno español ha sido formalmente desautorizado por una empresa e incumple gravemente sus compromisos, algo que restará aún mayor credibilidad internacional a un desprestigiado Rodríguez Zapatero.

Las razones aducidas por la empresa para cancelar el contrato son fundamentalmente económicas, el elevado coste de cambiar los equipos norteamericanos por otros europeos. Pero la sensación es que la razón es más política; EADS no tiene ningún interés en abrir un conflicto con Washington que lastre sus planes de expansión en el gran mercado de defensa de Estados Unidos, donde mantiene grandes expectativas de negocio.

Ahora habrá que esperar la reacción del siempre impredecible Chávez cuando se le informe de que se queda sin sus anhelados aviones españoles. El aprendiz de dictador ya avisó cuando afirmó recientemente que la adquisición de los barcos era un mero favor a un lloroso Zapatero y que podría comprarlos en cualquier otro sitio. Si Venezuela termina anulado también el contrato de las corbetas, el ridículo y el perjuicio para nuestro gobierno puede ser aún mayor.

En este mismo sentido habrá que estar también pendientes de que no se produzca un nuevo veto de Estados Unidos a los sistemas de armas que incorporan estos buques y que para el pacifista Bono son inexistentes. Si el suministrador de esas armas, previsiblemente Israel, tiene también problemas de licencia, todo el histórico contrato puede venirse abajo, algo que el GEES viene anunciando desde hace largo tiempo.

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