Menú
GEES

Incitar al terrorismo

La principal amenaza, sin embargo, es que el terrorismo yihadista que se encuentra firmemente asentado en nuestro país pueda interpretar esta negociación frente a ETA como un gesto de debilidad del Gobierno.

El efecto más perverso de la negociación política que Rodríguez Zapatero ha iniciado con ETA es el incentivo que el proceso abierto puede tener para otros grupos terroristas potenciales o ya implantados en nuestro país. Si el presidente del Gobierno cede al chantaje al que ETA le somete, habrá otros grupos, tanto de dentro como de fuera de España, que buscarán obtener ventajas políticas del previo uso de la violencia terrorista.

En la historia reciente de España han existido ya de hecho otros grupos terroristas, además de ETA, que han utilizado la violencia como arma política para conseguir sus fines políticos. Así, el GRAPO reapareció recientemente asesinando en Zaragoza a un empresario. Otras organizaciones terroristas de corte secesionista han existido también en Galicia, Cataluña o Canarias. Rodríguez Zapatero estará así incentivando la reaparición de estos grupos independentistas radicales de carácter violento que verán posible arrancar concesiones políticas al Gobierno a través de tomar nuevamente las armas.

La situación es especialmente preocupante en Cataluña, donde el juego irresponsable de Zapatero ha crispado tanto a la sociedad catalana que ya son habituales las agresiones físicas por parte de grupos de independentistas violentos a los catalanes que no comparten el credo nacionalista. Hasta ahora, los secesionistas catalanes podían presumir de haber conseguido ellos más con la política que los soberanistas vascos con la violencia. Pero si Zapatero cede en cuestiones clave como la autodeterminación, la conclusión que sacarán estos grupos radicales es que al final la violencia es más rentable que la política.

La principal amenaza, sin embargo, es que el terrorismo yihadista que se encuentra firmemente asentado en nuestro país pueda interpretar esta negociación frente a ETA como un gesto de debilidad del Gobierno. En esas circunstancias, los yihadistas podrían pensar que con una nueva campaña de atentados es posible negociar con Zapatero la retirada de las tropas de Afganistán, la impunidad para los terroristas islamistas encarcelados en nuestras prisiones o incluso la instauración de una república islámica en parte del territorio español.

En España

    0
    comentarios