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John F. Stossel

Una mentira conveniente

Los agoreros fundamentalistas ignoran a los científicos que dicen que los efectos del calentamiento global podrían ser benignos.

Cuando estaba la universidad, al profesor de ciencias de la atmósfera, John Christy le dijeron que "es seguro que hacia el año 2000, el mundo se morirá de hambre y no tendrá energía". Esa predicción ha seguido el camino de tantas otras. Pero los ecologistas continúan advirtiéndonos de que afrontamos un desastre medioambiental si no aceptamos el desastre económico llamado Protocolo de Kioto. Los abogados del Natural Resources Defense Council (otro grupo ecologista con más abogados que científicos) explica que "los niveles del mar subirán, inundando las zonas costeras". Y la nueva película de Al Gore, "Una verdad inconveniente", representa un futuro en el que las ciudades están sumergidas por los niveles del mar en ascenso. Guau.

Pero muchos científicos se ríen del pánico. Christy afirma que "las profecías apocalípticas que acapararon titulares en su día han demostrado ser falsas por completo. Los pronunciamientos que hoy en día se proclaman sobre catástrofes inminentes inducidas por el hombre a través del cambio climático suenan muy familiares".

Pero los medios no se cansan del Apocalipsis. El Washington Post informaba de que, a causa de la fusión de glaciares y casquetes polares, "¡el final está cerca!". Pero el deshielo del ártico no elevará los niveles del mar mucho más de lo que el hielo derritiéndose desborda su vaso de bebida. La MSNBC y la BBC publicaron noticias sobre de la inminente calamidad derivada de la fusión de los glaciares de Groenlandia. Al contrario que el hielo del ártico, la fusión de esos glaciares podría elevar los niveles del mar. Pero otros informes observan que el hielo de Groenlandia ha estado engrosándose en el interior de Groenlandia.

La dramática película del ex vicepresidente muestra grandes bloques de hielo fragmentándose de los glaciares, pero el "desgajo" de icebergs es un proceso normal y natural involucrado en el crecimiento de los glaciares hacia el mar. La película presenta algunos glaciares majestuosos del siglo XIX que han desaparecido hoy por completo, pero no se molesta en mencionar alguno de los glaciares que crecen en Noruega, Nueva Zelanda o incluso Estados Unidos. El Servicio de Bosques de Estados Unidos informa que el Glaciar Hubbard, en el Bosque Nacional de Tongass en Alaska, ha estado avanzando con tanta rapidez que amenaza con convertirse en un importante fiordo.

Muestra impactantes fotografías a lo largo del tiempo del hielo que desaparece del Monte Kilimanjaro. El hielo de allí ha estado fundiéndose desde hace más de 100 años.

El clima siempre cambia. "Una verdad inconveniente" explica que todos los científicos serios están de acuerdo en que es una crisis, y que Estados Unidos tiene que reducir de manera inmediata las emisiones de dióxido de carbono según dicta el Protocolo de Kioto que la administración Bush rechaza firmar de manera tan arrogante, ese mismo tratado que la administración Clinton-Gore ni siquiera se molestó en enviar al Senado.

Pero incluso los defensores de Kioto admiten que si todas las naciones firmasen el acuerdo y lo acataran, ello afectaría a la temperatura global en menos de la décima parte de un grado. Para lograr una reducción significativa de las emisiones, los políticos tendrían que imponer límites serios al transporte privado, al aire acondicionado y a toda la producción industrial. Supongo que el uso "esencial" del automóvil estaría permitido, y los políticos decidirían qué es esencial. Un impuesto sobre las gasolinas de 10 dólares el galón podría ser un comienzo, y Al Gore podría gastarse el dinero del impuesto en los "amigos" científicos a los que cita repetidamente en su película.

Calmémonos. Las tenebrosas previsiones acerca de olas de calor y sequías se basan en modelos computacionales. Pero los modelos computacionales son vagos a la hora de predecir el clima, a causa de que los efectos de la evaporación del agua y la nubosidad provocan cambios que los ordenadores no predicen. Fueron incapaces de anticipar las cantidades masivas de calor que escaparon de los trópicos a lo largo de los últimos 15 años, forzando a los diseñadores a volver a las mesas de diseño. A mediados de los años setenta, los modelos computacionales nos decían que debíamos prepararnos para un enfriamiento global.

Los agoreros fundamentalistas ignoran a los científicos que dicen que los efectos del calentamiento global podrían ser benignos. La astrofísico de Harvard Sallie Baliunas afirma que el dióxido de carbono añadido a la atmósfera podría beneficiar realmente al mundo, porque más CO2 ayuda al crecimiento de las plantas. Los inviernos más cálidos podrían dar a los granjeros una temporada de cosechas más larga.

¿Por qué no escuchamos nada acerca de esta parte del argumento del calentamiento global?

"Es el dinero", afirma la Dr. Baliunas. "Desde 1990, 25.000 millones de dólares en financiación gubernamental se han dedicado a investigar el calentamiento global. Si los científicos y los investigadores aparecieran difundiendo informaciones de que el calentamiento global tiene poco que ver con el hombre, y casi todo que ver con el modo en que funciona el planeta, ya no habría tanto dinero para estudiarlo".

Y los políticos tendrían una excusa menos para tomar el control de nuestras vidas.

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