Menú
José Carlos Rodríguez

El muro

¿Qué puede explicar que las mismas personas que miran con añoranza el comunismo, que defendían en nombre del progreso, la tecnología y la razón y despreciando todo lo que sonara a religión a adoptar algo tan diametralmente opuesto como el Islam?

El 13 de agosto de 1961 se puso la primera piedra del símbolo por excelencia del Siglo XX: El muro de Berlín. Cuando muchos se cansaron de tanto infierno a cambio de la eterna promesa que es el socialismo, cuando la búsqueda de la propia dignidad sólo podía estar al otro lado de la frontera, los socialistas llegaron a la conclusión que debían erigir un muro que impidiera a los alemanes huir del paraíso comunista. Resulta chocante que haya habido quien defienda el socialismo: una mentira a punta de pistola por el bien de la víctima y a la que hay que sujetar porque al menor descuido se escapa al capitalismo. Este sábado se han cumplido 45 años del comienzo del muro.
 
El XX, que comenzó con la guerra del 14, terminó el 9 de noviembre de 1989. Un falso rumor aseguraba que los alemanes del Este podían pasar al otro lado, que podían recuperar su libertad, y ellos se la tomaron por su mano. Este hecho marcó el fracaso histórico del socialismo; el derrumbe de la Rusia que había caído en el socialismo y del bloque del Este de Europa, cedido al totalitarismo en Yalta.
 
Ahora el socialismo sobrevive en la inmensa China, pero se va diluyendo a grandes velocidades en una sociedad cada vez más capitalista, aunque todavía oprimida por la dictadura. Además, no tiene la misma vocación imperialista que Moscú. Corea del Norte y Cuba, y no sabemos por cuánto tiempo, son de los pocos Estados tomados por el socialismo. No son ya una alternativa temible a las sociedades libres. No, al menos, como antes.
 
El socialismo ha estado buscando desde entonces en todo movimiento tiránico y totalitario una esperanza para frenar el desarrollo y la prosperidad de nuestra sociedad. Desde los zapatistas a Hugo Chávez. Y desde el ecologismo al multiculturalismo. Esta última ideología es el refugio de los serviles. Es la puerta falsa por la que se quiere dar acomodo a todo lo que no suene a Occidente. Revestido de tolerancia, el multiculturalismo pretende acomplejar nuestra civilización mientras por otro lado se la degrada y ataca sin remisión. ¿Qué puede explicar que las mismas personas que miran con añoranza el comunismo, que defendían en nombre del progreso, la tecnología y la razón y despreciando todo lo que sonara a religión a adoptar algo tan diametralmente opuesto como el Islam? Occidente como enemigo.

En Sociedad

    0
    comentarios