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Juan Carlos Girauta

Grouchomarxistas sin gracia

Sabemos que los quieren aniquilar desde que don Josep y Megamontse (hoy minimontse, micromontse, nanomontse) los etiquetaron como extrema derecha. Acaban de ofrecer su prueba pringosa y estulta: Rivera estuvo aquí, con nosotros, así que es un fascista.

Una arraigada convicción grouchomarxiana coloca en manos de Piqué y Vendrell el arma que mata de risa, si no fuera porque tiene maldita la gracia: no se puede pertenecer a un club donde admiten a personas como ellos. A todos les ha roto la siesta de Matrix ese fastidio de los Ciudadanos, desnudos y expuestos como su líder en el sonado cartel.

Hablamos de una siesta tan histórica que uno se acuesta melenudo, barbado, risueño, con carné del PSUC y pantalones acampanados para despertar cano o calvo, ojeroso, cerúleo, con casa en Pedralbes y dispuesto a vestirse de esquerrà, embutido en una camisa de Armand Basi y ensobrado en un traje de Antonio Miró.

Interrumpe el partido intruso la paz del oasis con solo declararse "no catalanista", hallazgo tan eficaz que opera como un susto físico. Y hete aquí que los mayores odios e injusticias los concitan y suscitan los desnudos Ciudadanos precisamente entre las dos formaciones catalanas de alcance español: socialistas y populares, la competencia. A los primeros les han arrebatado el doble de votos que a los segundos, digan lo que digan en Génova 13, que en materia demoscópica no andan muy finos (véase biografía de la Presidenta). Por cierto, hay sujetos con nombres y apellidos alrededor de Rajoy y de la nada que quieren echarle un pulso a la verdad siguiendo a submarinos amarillos. Pues venga.

Ante el silencio complacido de los nacionalistas, caen como felinos, fulminantes, los montillas y los piqués sobre el cervatillo Rivera, asumiendo estos últimos la ignominia o la broma –o la patada en la propia espinilla– de revelar su temible pasado ¡en Nuevas Generaciones!

Sabemos que los quieren aniquilar desde que don Josep y Megamontse (hoy minimontse, micromontse, nanomontse) los etiquetaron como extrema derecha. Acaban de ofrecer su prueba pringosa y estulta: Rivera estuvo aquí, con nosotros, así que es un fascista de cuidado. Y no es un gag; ese par de tres que ha secuestrado al PPC cree realmente vergonzoso y mancillante pasar por su club.

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