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Daniel Rodríguez Herrera

Los internautas, el hombre del año

Si querían subrayar la creciente importancia de la web en los últimos años podían habérselo otorgado al bueno de Tim Berners-Lee, aunque fuese con unos años de retraso, que al fin y a la postre fue quien la inventó.

La revista Time lleva desde 1927 decidiendo quién ha sido el hombre del año o, desde que en 1999 le entrara el ataque de corrección política, la persona del año. En principio debía tratarse de quien más importancia hubiera tenido para el mundo en el año que termina, de ahí que no se trate necesariamente de un honor: Hitler, Stalin o el ayatolá Jomeini lo han recibido. Sin embargo, precisamente porque casi siempre se otorga a personajes positivos, hace ya tiempo que casi todo el mundo lo asocia mentalmente con una suerte de galardón para el afortunado. La misma revista se ha encargado de confirmarlo, por ejemplo, en 2001, cuando prefirieron a Rudolph Giuliani por encima de Osama Ben Laden, quizá por temor a perder suscriptores si elegían a quien debían elegir.

Este año la revista te ha escogido a ti. La portada consiste en una pantalla de ordenador a modo de espejo que refleja el rostro de quien lo está viendo. No deja de ser irónico que, al escoger a los internautas, hayan hecho una portada imposible de reproducir en una pantalla de ordenador, viéndose obligados a hacer una animación alternativa. Hay quien lo había predicho en octubre, tras la compra de YouTube por parte de Google. Lo cierto es que, siendo importante la revolución que la web está trayendo a nuestras vidas, la elección me resulta absurda. Precisamente la gracia del invento está en elegir un solo nombre de entre todos los que pueden merecerlo y la ocurrencia de este año consiste en no elegir a nadie sino a todos. Políticamente correcto hasta la náusea.

Si querían subrayar la creciente importancia de la web en los últimos años podían habérselo otorgado al bueno de Tim Berners-Lee, aunque fuese con unos años de retraso, que al fin y a la postre fue quien la inventó. O a un par de bloggers reconocidos. Con esto parece que quisieran dar una importancia a la gente que anteriormente no querían reconocer; las revoluciones que derribaron los gobiernos comunistas en los 90 no provocaron un premio a los ciudadanos de Rusia, Checoslovaquia o Rumanía sino a Gorbachov (dice mucho de Time, por cierto, que no se lo dieran a Reagan y Thatcher). Como por otra parte parece lógico en una elección con un nombre tan individualista.

La revista tiene razón cuando afirma que la nueva web es "una herramienta para unir las pequeñas contribuciones de millones de personas y hacer que importen". También cuando afirma que "la Web 2.0 pone de relieve la estupidez de las masas tanto como su sabiduría. Algunos de los comentarios en YouTube te hacen llorar por el futuro de la humanidad sólo por la ortografía". Pero concluye que el premio nos lo otorga "por tomar las riendas de los medios globales, por fundar la nueva democracia digital, por trabajar por nada y derrotar a los profesionales en su propio juego". Qué bonito, oiga. Y, hombre, un poco exagerado, al menos por ahora.

Claro que posiblemente la elección no sea más que un ardid publicitario para lograr eco tanto en Internet como fuera de ella. Y yo he caído como un pardillo. Hay semanas que no está uno para nada.

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