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EDITORIAL

Las "perchas" y las traiciones de Jáuregui

El frente anti PP y el fin del actual marco constitucional del Pais Vasco, no son tanto la culminación , como el origen de este mal llamado “proceso de paz

Es cierto que los presupuestos vascos para el 2007, aprobados este jueves con el respaldo del PSE, son tan cicateros para las víctimas como generosos para los familiares de los presos de ETA. También es verdad que los firmantes del Pacto por las Libertades, además de consensuar una política caracterizada por la firmeza en la lucha contra el terrorismo, se comprometieron a no llegar a acuerdo alguno con las formaciones nacionalistas mientras estas no renunciaran al mal llamado derecho de la autodeterminación.

El respaldo que acaban de brindar los socialistas a los presupuestos de Ibarretxe no deja de ser, sin embargo, pecata minuta comparado con el grado de traición a las víctimas y al pacto por las libertades que exige el frente anti PP que Ramón Jáuregui acaba de señalar como el corolario de ese proceso de colaboración con ETA que los socialistas disfrazan como "proceso de paz". Con total desfachatez, y sin importarle la ruptura de la legitimidad democrática que conlleva sus palabras, Jáuregui ha señalado que el proceso de negociación "culminará en una reforma estatutaria, que será la percha de la que colgar la incorporación a la democracia de la izquierda abertzale".

Si los socialistas no están dispuestos, como dicen, a pagar políticamente nada a la organización terrorista, ¿por qué un "proceso de paz", que tiene como interlocutor a ETA, ha de culminar con una reforma del actual marco jurídico-político del País Vasco? Más aun cuando nada nos garantiza –todo lo contrario– que esa "reforma estatutaria", por muy inconstitucional que sea y muy consensuada que esté con los promotores del Plan Ibarretxe, vaya a satisfacer las exigencias de ETA para no hacer "reversible" su alto el fuego.

La jugada, sin embargo, no nos sorprende en absoluto pues, como recordarán los lectores, ya advertimos de ella meses antes de que se produjera el alto el fuego de los terroristas. Es el guión de Perpiñán. El frente anti PP y el fin del actual marco constitucional del País Vasco no son tanto la culminación como el origen de este mal llamado "proceso de paz". La alianza del Gobierno del 14-M con los separatistas vascos exigía reflotar el Plan Ibarretxe, eso sí, con otro nombre. Pero ese consenso de los socialistas con los separatistas vascos era electoralmente suicida sin un anestesiante "proceso de paz". Era por tanto imprescindible ponerse en contacto con ETA y comprometerse con ella a hacer a avanzar al País Vasco hacia la soberanía a cambio de una tregua. El objetivo de Zapatero no ha sido ni será nunca rendirse ante ETA, sino conservar el poder colaborando con ella todo lo necesario para poder maquillar de paz sus alianzas con los firmantes de Estella.

Cambiar de socios necesita muchas "perchas". Más aun si es para dejar a los que se ha tenido en el Pacto por las libertades para liarse con los del Pacto de Estella. Muchas perchas y muchas traiciones, ¿verdad, Jáuregui?

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