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Ignacio Villa

La decisión política de Zapatero

Las palabras de la vicepresidenta del Gobierno permiten confirmar que ya se ha tomado la decisión política de abrirle la puerta de las elecciones municipales a ETA-Batasuna para que puedan volver a pastar del presupuesto.

La vicepresidenta del Gobierno, Fernández de la Vega, ha sugerido en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que la franquicia batasuna llamada Acción Nacional Vasca cumple todos los requisitos para presentarse a las próximas elecciones municipales. Cabe suponer que este gesto va encaminado a presentar de la mejor manera posible ante la opinión pública una nueva cesión ante ETA.

Es la misma estrategia que el Gobierno lleva siguiendo durante todo el proceso de rendición. Primero se pacta la próxima cesión con los terroristas, luego niegan con grandes aspavientos haber concedido nada para, finalmente, hacer lo que los etarras tengan a bien mandar. Es lo que sucedió con la excarcelación del sanguinario De Juana Chaos, con la retirada de los cargos contra Otegi por parte de la Fiscalía, con las inexistentes consecuencias del atentado de Barajas o con el pleno del Parlamento Europeo en el que se "internacionalizó el conflicto", como llevaba ETA buscando desde que empezó a actuar. Ejemplos todos que han tenido lugar durante un año de ficticio alto el fuego en el que el Gobierno se ha mostrado entregado a las directrices de ETA.

Las palabras de la vicepresidenta del Gobierno permiten confirmar que ya se ha tomado la decisión política de abrirle la puerta de las elecciones municipales a ETA-Batasuna para que puedan volver a pastar del presupuesto. Jurídicamente, el Gobierno y la Fiscalía General del Estado tienen la capacidad de poner en marcha todos los resortes legales para impedir que un nuevo disfraz de los etarras pueda presentarse a las elecciones. Un partido político que represente los intereses de los terroristas es una de las condiciones que ha exigido ETA para mantener un "alto el fuego" permanente en el que pueden asesinar. Desgraciadamente, hay pocas dudas de que el Gobierno Zapatero hará todo lo posible para que el proceso de rendición. Si lo han mantenido tras el atentado de la T-4, este paso les parecerá menor.

Estamos en un momento clave en el que se está decidiendo cómo ejecutar la decisión de permitir a Batasuna regresar a las instituciones municipales. Quizá se haga a escondidas, pero se hará. A Zapatero no parece que le importen las consecuencias de su proceso. Mientras todo su partido insulta a todas horas al Partido Popular, él se dedica a abrir todas las puertas posibles a los etarras; unos terroristas que, hasta esta legislatura, todos pensábamos que serían el enemigo a batir por cualquier gobernante que se aposentara en Moncloa. Los batasunos volverán a las instituciones, y lo harán gracias a una decisión política del presidente del Gobierno.

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