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José Luis Sin Miedo

Mientras, el papelón de Solbes es ya un caso de estudio. Como dice el refranero español, es "el tío nadie, arrimao al tío ninguno". Pero allí estaba, cumpliendo su papel de acompañante.

Nadie podrá decir que Zapatero no nos tiene entretenidos. Gobernar es otra cosa, pero la puesta en escena la borda. El despliegue de medios de su comparecencia en el Ibex para leer lo que le han escrito sus asesores es digno de una película de Estrenos TV. Si por las apariencias nos tuviéramos que guiar, los españoles tenemos la suerte de ser gobernados por un señor que nos ha transportado al Olimpo de los dioses. Gracias a su gestión, todo marcha mucho mejor, hasta el extremo de que 2006 ha sido el mejor año de la democracia. Ahí es nada.

Zapatero tiene la capacidad de hablar de lo que sea sin sonrojarse. Buen ejemplo de ello es que se presente en la Bolsa para hablar de economía y buena gestión cuando vive de las rentas de las medidas adoptadas por el PP y mientras el escándalo de la OPA está en pleno apogeo. Tras dos años de idas y venidas, de tirones de orejas de Bruselas, de frases grandilocuentes sobre los "campeones nacionales" y otros juegos de artificio, sólo cabe concluir que las maniobras del Gobierno para salirse con la suya no tienen precedentes en España.

Europa tiene claro que España está más cerca de ser un país bananero que una democracia occidental donde se respetan las reglas del juego. Lo grave es que ni siquiera nuestro presidente se las sabe y por eso se las salta como le da la gana, hasta retocar el BOE si es preciso. Eso de que el interruptor de la luz esté en el despacho de un ministro italiano es la prueba de que para el presidente todo vale con tal de quitarse de encima a un gran gestor cuyo delito es no tener un carné del PSOE pegado en la frente.

Mientras, el papelón de Solbes es ya un caso de estudio. Como dice el refranero español, es "el tío nadie, arrimao al tío ninguno". Pero allí estaba, cumpliendo su papel de acompañante. Del que no se supo nada es de Conthé, entregado a su comparecencia en el Parlamento.

Bastaría sólo este ejemplo para denominar a Zapatero "José Luis Sin Miedo", pero como una flor no hace verano, y por aquello de aportar más pruebas, basta con leer la prensa de estos días para comprobar el desmadre en el que se ha convertido nuestro país en tres años. En lo que se refiere al terrorismo, hemos pasado de tener a la banda contra las cuerdas por la implacable actuación del Estado de Derecho a que ETA actúe con una chulería que ya sonroja hasta fuera de España. El informe de Europol es demoledor, pero ¿a quién le interesa? Mientras, Ibarretxe vuelve a la carga, a pescar en río revuelto.

El pitorreo supino en el que se ha convertido el tema de las candidaturas del entorno etarra es de juzgado de guardia: que si esta candidatura, que si aquella de hace 70 años, que si son hombres de paz... Pero debemos callarnos porque pueden poner bombas o descerrajar un tiro en la nuca a concejales del País Vasco si no se hace lo que ellos exigen. Fuera de casa, estamos en el punto de mira del terrorismo integrista; que se lo digan a Ceuta y Melilla, que están en máxima alerta porque saben que son un coladero de terroristas. ¡Pero si ZP se trajo a las tropas de Irak! ¿Por qué entonces estamos en el centro de la diana? Cuidado, que Al-Andalus empieza en Covadonga y a esta gente les importa muy poco lo de la Alianza de Civilizaciones.

En cuanto a la política exterior, todavía colea el viaje de Moratinos a Cuba para rendir pleitesía a uno de los últimos tiranos que quedan en la Tierra. La admiración por el régimen castrista y la izquierda de nuestro país es poco menos que freudiana. Mientras, descuidando nuestras obligaciones para con el pueblo saharaui, al que se ha dado la espalda, dejándole en manos del capricho marroquí, gesto que nos ha creado la enemistad de Argelia. Hasta los titiriteros a sueldo se han atrevido a sacar las uñas.

Para rematar la faena, la indignación recorre España al comprobar que la última riada del Ebro ha tirado al mar casi 2.000 hectómetros cúbicos en dos semanas, el equivalente a cuatro trasvases anuales de los proyectados a la cuenca del Segura o casi el doble de lo necesario en la zona del Mediterráneo para dos años. Media España se muere de sed y la ministra Narbona sigue desaparecida en combate, quien sabe si mirando los planos de alguna desaladora que sigue sin estar operativa después de tres años.

Con este panorama, Zapatero entregado a su performance, a vender la imagen de niño bueno y eficaz, rodeado de su cohorte de asesores y ministros, que aburren ya a propios y ajenos. Es realmente patético ver como Blanco, Rubalcaba y De la Vega vuelven a la carga una y otra vez con la guerra de Irak y el 11-M. Pero es que tiene su lógica, porque esos fueron sus argumentos para ganar las elecciones, según admite el propio presidente a puerta cerrada. Después de tres años no tienen nada nuevo que contar, no hay gestión alguna de la que alardear. Pero no importa, pues Zapatero es un tipo valiente. José Luis Sin Miedo. La ignorancia, que es muy atrevida.

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