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José María Marco

La fe de los descreídos

El socialismo de Rodríguez Zapatero ha sustituido a la religión. Los españoles habrán perdido la fe y España por fin habrá dejado de ser católica, pero seguimos teniendo motivos para creer.

En vez de La mirada positiva, que en vista de cómo se están poniendo las cosas parece una broma, el PSOE ha decidido mudar de eslogan. A partir de ahora, el nuevo lema de la precampaña será Motivos para creer. Ni más ni menos.

Rodríguez Zapatero confesó hace poco a Pedro J. Ramírez haber mentido cuando dijo que las negociaciones con los terroristas etarras habían quedado rotas, o suspendidas. No sabemos si buscaba la absolución del director del periódico, que tal vez se la concedió durante la conversación o en su fuero interno, o la de sus lectores, posibles votantes del PSOE.

Todo el Gobierno, en particular el ministro de Justicia, la vicepresidenta y algunos de los más altos cargos políticos, como el Fiscal General, han venido despreciando y acosando, cuando no insultando, a las víctimas del terrorismo. Pero ahora dicen que siempre las han tratado con cuidado exquisito.

Dijeron que no había motivos para ilegalizar a ANV, un partido, como insinuó el propio Rodríguez Zapatero, de aquilatada trayectoria democrática. Ahora resulta que desde hace cinco meses tenían en su poder los informes que, a pocas semanas de las elecciones, sacan a relucir para ilegalizarlo.

Otegi fue un hombre de paz, y De Juana Chaos a punto estaba de morir de hambre...

Del 11-M no conocemos el material explosivo, han desparecido pruebas, los restos de los trenes fueron lavados con agua y acetona, no hay grabaciones de lo ocurrido en las estaciones atacadas... pero la teoría oficial quedó resumida en una famosa frase de la fiscal encargada del caso: ¡Vale ya!

Estos cuatro años dan para ejemplos sin cuento, de los que ha surgido todo un subgénero, dedicado a recopilar y exponer el sinfín de embustes y mentiras con que nos ha obsequiado, día tras día, el Gobierno de Rodríguez Zapatero. No hay ninguna democracia occidental en la que se le permita al Gobierno ni una mínima parte de lo que se le ha permitido, y jaleado, a este.

Pues bien, ahora, en un lapsus monumental, nos dicen que tenemos Motivos para creer. El círculo se ha cerrado. Desde el célebre "España se merece un gobierno que no mienta", pronunciado por Rubalcaba la noche en que se acabó con cualquier apariencia de régimen democrático en España, hasta este slogan, ya no hay ningún género de dudas. El socialismo de Rodríguez Zapatero ha sustituido a la religión. Los españoles habrán perdido la fe y España por fin habrá dejado de ser católica, pero seguimos teniendo motivos para creer.

Por cierto, ¿creer en qué? Ah, eso ya es otra cosa. Pero ya se sabe, todo es discutido y discutible...

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