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Amando de Miguel

Podemos como lenguaje

Se rastrea una raíz autóctona en Podemos: su parecido formal con el regeneracionismo de hace más de un siglo.

Se rastrea una raíz autóctona en Podemos: su parecido formal con el regeneracionismo de hace más de un siglo.

No cabe la menor duda. El movimiento Podemos (algo más que un partido) está siendo la mayor novedad en el aburrido espectáculo político español. No importan las similitudes formales con los movimientos de tipo totalitario: fascismo, nazismo, peronismo, castrismo, chavismo. Representa una novedad en España, pues en la Transición no medraron los grupos totalitarios, excepto los controlados por la Policía y los de tipo nacionalista en las regiones bilingües.

Se rastrea una raíz autóctona en Podemos: su parecido formal con el regeneracionismo de hace más de un siglo. Solo que ese antecedente sirve también para explicar a los Primo de Rivera (padre e hijo) y a Franco. Una vez más, los extremos se tocan.

Al igual que el regeneracionismo, Podemos se caracteriza por sus posiciones negativas. En ambos casos, la oposición a la casta oligárquica, es decir, todos menos ellos. El negativismo atrae muchas simpatías, aunque a la larga no tanto votos. Ese déficit hace que Podemos apele cada vez más a la fuerza. De momento, en el lenguaje. Lo iremos viendo en esta seccioncilla.

Sergio Luis Doncel Núñez da la bienvenida a los chicos de Podemos por su ingreso en el politiqués. Pablo Iglesias anuncia que va a organizar mítines "en todo el Estado". No hay que entender que esas tenidas vayan a ser en los ministerios, ayuntamientos o consejerías autonómicas. Los chicos de Podemos son políticamente correctos al rechazar el término España.

José María Navia-Osorio me propone una iniciativa interesante. Se trata de adoctrinar a los chicos de Podemos para que puedan cumplir bien su inesperado papel en la vida pública. Deben aprender a hacerse el nudo de la corbata y a construir frases con sujeto, verbo y predicado. Deben estudiar bien qué van a hacer al día siguiente de expropiar a los ricos, pues ya no quedarán expropiandos. Añado que deberían olvidarse de llamar a todos los demás "fascistas", al tiempo que ellos predican una política masculina y exaltan la violencia. Todo eso es lo típico del fascismo. No hace falta licenciarse en Ciencias Políticas para saberlo.

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