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Carlos Rodríguez Braun

Los socialistas arreglan los salarios

Don Ramón quiere resolver un problema interviniendo en el mercado laboral, y no se le ocurre pensar que el problema ha sido creado por la intervención en el mercado laboral.

Ramón Jáuregui, portavoz del PSOE en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, escribe en El País sobre los salarios, y encuentra, cómo no, excusas para recortar la libertad, que es lo típico de los socialistas de todos los partidos. Ahora resulta que los salarios no son lo elevados que a estos ángeles les gustaría y sobre todo, horror, son desiguales. Por ello, propone subir los salarios de abajo y bajar los salarios de arriba. Así de sencillo. Es que hay que resolver un problema: "Nuestra boyante economía está produciendo algunos efectos contradictorios. El primero es la creciente dualización del mercado laboral."

Don Ramón quiere resolver un problema interviniendo en el mercado laboral, y no se le ocurre pensar que el problema ha sido creado por la intervención en el mercado laboral. La famosa dualización fue provocada porque los políticos, aterrados ante la posibilidad de liberalizar todo el mercado, lo segmentaron, con lo que fueron ellos quienes crearon el modelo outsiders/insiders. La peor solución es volver a intervenir, esta vez con la gran consigna socialista: el lecho de Procusto.

Termina don Ramón preguntando: ¿Para cuándo la progresiva participación de los trabajadores en los beneficios de las empresas? Esta bobada socialista, que tiene respaldo en nuestra Constitución, como algunas otras limitaciones de la libertad, no es más que una excusa para ampliar la acción política. Y a don Ramón no le gusta que sólo los ejecutivos tengan premios o "bonuses": esto es algo que "hay que generalizar y democratizar en beneficio de todos".

Qué verbos, oiga. O sea que don Ramón quiere someter aún más a los empresarios a los dictados del Gobierno, porque la democracia, al parecer, no es elegir a los gobernantes sino que ellos lo elijan todo por nosotros. Por ejemplo, ordenar que todos los trabajadores participen de los beneficios (no las pérdidas) de las empresas; vamos, regular las empresas de arriba abajo y acabar con la libertad "en beneficio de todos".

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